Imagénes y testimonios exclusivos del violento robo a dos cambistas en Gamarra

El violento robo a dos cambistas en Gamarra es el tercero en los últimos meses y revela la incapacidad de la policía, serenos y fiscalizadores para proteger el emporio comercial

Video: Cuarto Poder

Son las 10 y 19 de la mañana del lunes 26 de junio. La cámara de seguridad de una tienda de ropa interior en Gamarra registra a varias personas huir de una balacera que se desató en la calle. Uno de los pistoleros ha ingresado tratando de alcanzar a un hombre que apenas le lleva la delantera y resbala en medio del pánico. Refugiado en el baño, un cambista de 47 años, que en ese momento cargaba 10 mil soles en un morral, era uno de los blancos del ataque.  

Tras los disparos en un ambiente de apenas ocho metros cuadrados todos quedaron paralizados, escondidos, inmóviles detrás de los mostradores de ropa. En medio del terror, dos de las vendedoras buscan cerrar la puerta principal pero ya es muy tarde. 

A sangre fría este delincuente que huye por calles de Gamarra, el emporio comercial más grande de Latinoamérica disparó contra las piernas de Wilfredo Arana Taipe en busca de arrebatarle su dinero.

Esa mañana, la otra parte del dinero de Willy, un cambista de la calle, la tenía su cuñado, Elvys Ruiz Sondor, a quien otros seis delincuentes además le robaron 30 mil dólares y 40 mil soles en plena calle y luego se dieron a la fuga.

Llevaba 25 años en el negocio del cambio de moneda extranjera. Era la segunda vez que a Willy le robaban una fuerte suma de dinero, pero la primera en un lugar que parecía contar con todas las medidas de seguridad.

Y así pasó la mañana del último lunes. Gamarra recién abría sus puertas al público. Los delincuentes burlaron el control en dos puntos del damero 1 de Gamarra, el cruce de calle Gamarra con Av. México y el cruce de las calles Bausate y Meza con Antonio Bazo.

A las 9 y 27 de la mañana, un auto rojo que había sido robado en 2022, entró por la cuadra 11 de Gamarra. Se pegó a una camioneta blanca y pasó sin que la agente municipal pida una identificación al conductor.

Pero el auto no estaba solo. A las 9:42 de la mañana, otra cámara de seguridad de la municipalidad de La Victoria registra una moto lineal en el cruce de Bausate y Mesa con Antonio Bazo. Un sereno parece ocupado atendiendo a dos vehículos.  Otra agente uniformada abre la reja y deja pasar a la moto, pese a que no está permitido el tránsito de motos ni de carros.

Al cabo de unos minutos otra moto en actitud sospechosa se estaciona junto a un poste en la calle Sebastián Barranca. En este punto el delincuente a bordo llama por celular.

Casi en paralelo, en calle Unanue, a las 9 y 43 de la mañana, el delincuente Bryan Montes de Oca Gálvez, también hablaba por celular. Caminaba y no paraba de hablar. Ultimaba detalles para atacar.

A las 9 y 45, la moto lineal que iba conducida por otro delincuente con casco, chaqueta negra y estampado blanco, se une a su compinche en Sebastián Barranca, se saludan de puño e inician la conversación. A las 9:46 se van. 

El plan parecía listo, pero los cambistas todavía no llegaban al punto, al cruce de las calles Gamarra con San Cristóbal donde supuestamente se iban a encontrar con un cliente que compraría 23 mil dólares. Los delincuentes entonces decidieron reglar a sus víctimas, de cerca.

A las 9 y 54 de la mañana, uno de los delincuentes en moto aprovecha para tomar desayuno en un puesto frente a la galería El Dorado mientras esperaba por los cambistas. A las 10 y 1 minuto logra verlos. Con el objetivo localizado, va en busca de sus cómplices para consumar el atraco. 

Al cabo de 20 minutos, cerca de las 10 y 20 de la mañana, Bryan Montes de Oca, el delincuente que llevaba gorra militar y chaleco antibalas, pasó por esta misma esquina iniciando un asalto que parecía de película.

Una cámara del 105 registra el movimiento del auto rojo que una hora antes había logrado ingresar a Gamarra. Cuatro delincuentes se preparan para bajar, giran por la calle Gamarra y atropella a un hombre de camisa blanca y pantalón negro. Una moto parece actuar de campana.  En segundos aparecen dos motos más a toda velocidad.

Los delincuentes dispararon contra Elvis Ruiz, cambista, y le arrebataron un morral con 30 mil dólares y otro con 40 mil soles en efectivo.

Otro delincuente bajó de una moto y arrojó lo que parece ser una bombarda para ayudar a la fuga de toda la banda. Tres delincuentes regresaron al vehículo y junto con las motos huyeron. Abandonaron a Bryan Montes de Oca quien iba detrás de Willy Arana y la plata que aún escondía. 

El cambista Willy relató a la policía que logró tirar el morral con los 10 mil soles entre la ropa, pero igual el delincuente encontró el dinero y salió corriendo por calle Gamarra para luego huir con dirección a calle Isabel La Católica.

Desde el inicio del atraco hasta la fuga, apenas pasaron minutos. A las 10 y 22 de la mañana los delincuentes voltearon por calle Italia.

Una mujer que cruzaba la pista divisó a la banda en pleno escape, el auto rojo llegó hasta la reja y de ahí bajaron cuatro delincuentes. Todos se escabulleron en el tráfico de la avenida aviación.

Dos hombres que parecían policías encubiertos corrieron detrás de la banda que acababa de robar 40 mil dólares y 30 mil soles en dos minutos.

En medio del pánico, una madre que llevaba a su bebé en coche corría como si las balas la estuvieran persiguiendo. Y mientras algunos iban recobrando el aliento, en una calle paralela, en el cruce de Isabel La Católica con Pisagua, la policía todavía iba en busca de Montes de Oca.

Las imágenes muestran a un policía de tránsito interviniéndolo en pleno tráfico.  Decenas de personas rodearon y golpearon al delincuente que portaba una pistola completamente cargada. A las 10 y 31 de la mañana llegaron patrulleros de la policía y se llevaron al delincuente que ha preferido acogerse al silencio y no delatar a sus cómplices.

El robo a los cuñados cambistas es el tercero en los últimos meses. Ese día, no hubo suficientes policías en el damero principal. Apenas serenos y fiscalizadores que comprobadamente no están en capacidad de controlar todo lo que entra y sale de aquí.

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