Plasma de convaleciente: Una esperanza para tratar a pacientes con coronavirus
El plasma de convaleciente es una terapia prometedora en investigación para pacientes con COVID-19
La ciencia busca la vacuna para combatir el COVID-19. Se usa técnicas avanzadas para encontrar la cura efectiva. Y, en una guerra contra lo desconocido, médicos del planeta suman esfuerzos y ahora también apuestan por poner en marcha un tratamiento de inmunización pasiva que fue usado desde la fiebre española hace ya 100 años.
Se trata del plasma de convaleciente, que es calificado por la FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, como una terapia prometedora en investigación que podría darle esperanza de vida a quienes son atacados por el coronavirus.
Médicos de EsSalud han presentado ya un protocolo a los entes superiores que promueven, aprueban y regulan los ensayos clínicos en el seguro social para usar la terapia del plasma del convaleciente lo más pronto posible.
El objetivo es empezar a crear el primer banco peruano de anticuerpos contra el COVID-19 y un registro de potenciales donantes.
El plasma del convaleciente, en los últimos 15 años, también se usó contra el virus del Ébola, el SARS y la influenza H1N1.
Para entender el tratamiento, primero hay que saber que el plasma es el suero o porción líquida que queda después de que se hayan removido los glóbulos rojos, plaquetas y otros componentes celulares de la sangre.
Arturo Sagástegui, jefe del Banco de Sangre del Hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud, sostuvo que el plasma “nutrientes factores coagulación hormonas y para el caso que nos ocupa tiene defensas y anticuerpos”.
En efecto, en el plasma se encuentran los anticuerpos que el organismo de una persona crea para defenderse de una infección. Cuando una paciente se recupera, esas proteínas de defensa quedan almacenadas en el plasma semanas o incluso años.
El plasma del convaleciente es, en sí, un producto rico en anticuerpos que pueden bloquear al virus y evitar que estos ingresen a las células.
Lo que busca EsSalud es hacer transfusiones de plasma de la sangre de quienes ya se han recuperado de coronavirus a pacientes que estén batallando contra el COVID-19 en una cama de hospital.
Con esto se logra darle tiempo al enfermo, se le suministra anticuerpos preparados para que vaya defendiéndose hasta que pueda desarrollar los suyos propios, su propio ejército de protección.
Según pautas de regulación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plasma del convaleciente debe ser un ensayo médico riguroso y controlado, una terapia preventiva que se acompañe al tratamiento establecido.
Hay que subrayar que aún no se conoce si esta inmunización pasiva es efectiva para el coronavirus. Hay por ahora casos de mejoras en pacientes, pero son muestras aisladas.
Para obtener el plasma del convaleciente se necesitará la donación voluntaria de pacientes que hayan vencido al COVID-19. Uno de los requisitos es que el donante no presente síntomas de coronavirus ni tampoco tenga enfermedades graves de fondo ni contagiosas.
La técnica para obtenerlo se llamada aféresis que significar separar, en este caso, los componentes de la sangre mediante una centrifugadora. El plasma finalmente será analizado para descartar agentes infecciosos que podrían ser trasmitidos por transfusión.
Con una sola donación, explican los especialistas del hospital Edgardo Rebagliati de EsSalud, se podría tratar hasta tres pacientes enfermos de coronavirus.
En Pucallpa, región Ucayali, donde el sistema de salud ha colapsado, un grupo de médicos, de forma independiente y privada, se ha organizado para obtener plasma del convaleciente y ayudar así a los que menos tienen. Optaron por no quedarse con las manos cruzadas.
Si el protocolo para el uso del plasma del convaleciente presentado por el seguro social es aprobado y autorizado por el comité regulador se tendría una estrategia más para combatir el COVID-19 hasta la llegada de la vacuna preventiva.
Ante una posible convocatoria de donación de plasma, aquellos que vencieron el coronavirus, sin duda, acudirán al llamado. La solidaridad es un sello que caracteriza a los peruanos en época de crisis, un sello que, esperemos, que el coronavirus no destruya.
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