El ministro del Interior, Juan José Santiváñez, ha sido captado en una nueva controversia, revelando una serie de mensajes de texto que desafían su integridad y sus funciones en el gobierno.
A pesar de sus intentos de ocultar comunicaciones mediante el uso de su mano para bloquear su boca frente a las cámaras, los mensajes filtrados cuentan una historia distinta.
Cuarto Poder tuvo acceso a un diálogo del ministro cuando ocupaba el cargo de viceministro de Orden Interno en abril pasado. En estos mensajes, Santiváñez, a tan solo seis días de asumir el cargo, solicitaba la intervención de un policía en un operativo crucial para recomendar a un abogado amigo, Luis Vivanco, para que asumiera la defensa del coronel José Luis Alarcón Camacho, capturado en una operación contra una organización criminal.
En el contexto de una intervención que buscaba detener al coronel Martín Gonzales, conocido como 'Conejo', y otros miembros de la presunta organización 'Inteligencia Criminal en la Sombra', Santiváñez se comunicó repetidamente con el capitán Junior Izquierdo, apodado "Culebra", quien participaba activamente en el operativo.
Santiváñez envió mensajes con fotos y solicitudes para que su amigo abogado se involucrara en la defensa de los detenidos, generando cuestionamientos sobre la imparcialidad y la ética en su papel como viceministro.
El abogado Luis Vivanco, previamente abogado de Fray Vásquez y ahora defensor del hermano presidencial Nicanor Boluarte, negó haber tenido contacto con el coronel Alarcón o su familia para asumir su defensa. Sin embargo, Vivanco hizo una sorprendente rectificación, admitiendo que sí había hecho una apelación de la detención preliminar de Alarcón Camacho, contradiciendo su primera declaración.
La situación se complica aún más con el proceso interno que enfrenta el capitán Izquierdo, quien está bajo investigación y podría ser expulsado de la PNP. La defensa del capitán sugiere que esta medida forma parte de una purga dirigida a oficiales que resultan incómodos para ciertos intereses dentro de la institución.
Santiváñez, quien hasta el momento no ha respondido a las solicitudes de comentarios, se encuentra en una situación complicada, donde sus mensajes de texto podrían resultar ser una carga difícil de superar.
La filtración de estas comunicaciones plantea serias dudas sobre la integridad y el manejo de los recursos en la formación y gestión de la Policía Nacional del Perú. La transparencia y la justicia en las fuerzas policiales siguen siendo temas críticos a medida que se desarrolla esta controversia.
