La exasperación de Maricarmen Alva en la votación del retorno a la bicameralidad

El jueves último, no fue un día cualquiera en el parlamento. Por la tarde, una decisión de última hora, en el pleno del congreso reabrió el debate sobre un tema, que espero encarpetado por cerca de un año. La bicameralidad.

El tema había quedado pendiente desde el 15 de julio pasado, y sorpresivamente esta semana se puso al voto para definir si se aprobaba la reforma constitucional que propone incluir una cámara de 60 senadores además de otra de 130 diputados. Pero la discusión de la bicameralidad revelo una vez más, el sello personal de una congresista cuyos arrebatos cada cierto tiempo nos regalan imágenes para el recuerdo.  

Una vez aprobada la reconsideración, la discusión sobre la bicameralidad volvió al pleno la tarde del jueves. El debate fue intenso y los principales opositores eran las bancadas de izquierda. 

Desde la otra orilla, el presidente de la Comisión de Constitución explicó las últimas modificaciones realizadas al dictamen en un intento de convencer a sus colegas de votar a favor de la reforma de la Carta Magna.

El dictamen plantea que para ser elegido senador se requiere haber cumplido 45 años, pero en el caso de no alcanzar esa edad se puede postular si el candidato ha sido antes congresista o diputado. Además, deja abierta la posibilidad de que la cantidad de senadores y diputados se incremente mediante ley orgánica. Otro punto novedoso es que 25 senadores se elegirán por región y el resto por voto nacional. 

Hasta que llegó el momento de la votación, se necesitaban 87 votos para que esta iniciativa no tenga que ser necesariamente sometida a referéndum.

Entonces, mientras que contaban voto a voto para alcanzar los 2 tercios del número legal de congresistas, sorpresivamente, Maricarmen Alva aparece en los escaños del Bloque Magisterial e inicia el dialogo con Francis Paredes quien, para ese momento, ya había votado en contra. Al igual los otros integrantes de este grupo parlamentario y el congresista José Balcázar de Perú Bicentenario. 5 de ellos marcaron rojo para que esta iniciativa no prospere sin referéndum. 

Los congresistas Marticorena, Balcázar, Quito y Cutipa esperaban los resultados con expectativa y junto a ellos. Una impetuosa Maricarmen Alva los abordaba. Hasta que, al parecer, alguien la alerta que no llegarían a los votos requeridos y de un momento empieza la presión sobre la congresista paredes.  

Alva parece perder el control. Querer lograr el voto y su carácter, la traicionan. Alva la coge del brazo e insiste, con la ayuda de un asesor. Las imágenes permiten descifrar el florido verbo de la en ese momento desesperada congresista de Acción Popular. 

Largos minutos de expectativa en el hemiciclo mientras seguían contando los votos, el fujimorista Arturo Alegría secundaba a Maricarmen Alva e intentaba persuadir a los otros miembros de la bancada.

Fueron cerca de 5 minutos de tensión y angustia en todo el hemiciclo. Terminada la votación, una todavía exaltada Maricarmen Alva cambió el escenario de la discusión. Esta vez con los periodistas.

Al final, los 86 votos permitieron aprobar restablecer la bicameralidad, pero antes el tema deberá obligatoriamente ser definido en consulta popular, esta vez estuvieron a solo un voto de conseguir que el referéndum no se lleve a cabo. Esta vez la frustración en el Congreso tuvo rostro de mujer.