Satipo: Liberaron a acusados de homicidio y padres de la víctima exigen justicia

Tanto Hermelinda como Víctor tienen que recorrer más de una hora hasta el cementerio municipal de Pangoa. No importa el estado de una carretera olvidada en el tiempo como muchas en satipo. Desde que llegan avanzan todos juntos como familia y asi prenden la fe que los envuelve al recordar al hijo que les arrebataron.

La escena de la que habla Hermelinda no conseguirá borrarla de su memoria, así hayan pasado 6 largos meses. El daño que recibió su hijo era tal que pensaba, se podía tratar de un accidente en plena carretera en el Alto Kiatari. Hoy les cuesta incluso regresar al hogar donde nada será igual sin la presencia de su hijo Yerson. Una vivienda tan humilde, pero donde nunca faltó un amor genuino.

Resulta que la que estaría detrás de este crimen de Yerson era su expareja Sherlyn Aparco Meza y madre de sus tres hijos. Cuando sus padres hicieron su denuncia, Sherlyn y sus dos cómplices fueron liberados en menos de 24 horas. Por eso se vieron obligados a viajar a Lima hasta llegar a la Dirincri donde les prometieron reabrir el caso y capturar nuevamente a los responsables de su mayor desgracia.

En esta historia hay un hombre clave, se llama Daniel Ángel Urbina Veliz, el que todos creían era un buen amigo de Yerson. Pero en realidad había concertado hora y lugar para acabar con la vida de la víctima.

Según la policía, cuando interceptan a Yerson se genera una discusión. Sherlyn ya tenía un machete en su mano con el cual amenazaba al padre de sus hijos. Hasta que le da el primer corte a la altura de la cara para que su cómplice termine por quitarle la vida, ensañándose con dicha arma blanca.

Esa relación clandestina sería con alias Nacho, Rousbel Crecencio Meza Parejas de 28 años. El hombre que, a base de reclamos y sumergido en alcohol, se convirtió en asesino. Esta es una conversación entre alias Nacho y Daniel Urbina luego de ser liberados. En noviembre del año pasado.

Identificando el lugar donde se concertó el ataque. Que no era más que un búnker. Un club nocturno donde todo hace suponer a la policía que Sherlyn se dedicaba al trabajo sexual. Pero lo que más levantó la sospecha de la policía fue el silencio de alias Nacho. Que guardaba con recelo las imágenes de su celular. Donde tenía tanta cantidad de droga acondicionada y tierras donde cultivar la hoja de coca.

Los que lamentablemente han perdido toda esperanza en esta historia. Son los niños que por el momento no saben cuál será su destino. Por lo pronto, los tres detenidos se enfrentan a una audiencia de prisión preventiva. Donde tendrán que responder ante las autoridades competentes. Consumieron su tranquilidad a un punto donde ya no reconocen a nadie. Donde sienten una amenaza latente de que los persiguen. Sus vidas nunca volverán a ser las mismas.