Hoy:

    Caso Moreno: ¿qué tuvo que ver el Arzobispado en el escándalo?

    Carlos Moreno quería utilizar la figura del Arzobispado de Lima como la entidad intermediaria entre el SIS y la clínica de Osteoporosis  

    Video: Cuarto Poder

    En una conversación el ex consejero presidencial Carlos Moreno le dice al administrador de la Clínica de Osteoporosis, Miguel Sifuentes que "ya quiere empezar a trabajar en su mina". Se refiere al negocio de derivar pacientes del Sistema Integral de Salud (SIS) hacia esta clínica privada, pese a que ser una contratación no permitida por la ley.

    ¿Cómo pensaban sortear ese impedimento legal? 

    "Al hacer el convenio con la Iglesia él puede operar porque va a operar con una parroquia, es el centro de salud de la parroquia tal. El SIS no puede operar con privados, solo puede contratar todo con públicos: el municipio o la Iglesia", le dijo Moreno en un audio. 

    Es decir, según Jorge Danos , experto en derecho administrativo, "se forzó la figura para que una clínica privada celebre un convenio y aparezca como si fuera un ente público cuando obviamente no lo era".

    Aparece la figura figura del Arzobispado de Lima como la entidad intermediaria entre el SIS y la clínica de Osteoporosis. El primero de abril de este año, el Arzobispado y el SIS suscribieron  el convenio marco para el financiamiento de prestaciones de salud. Firmaron el monseñor Juan Luis Cipriani Thorne por el Arzobispado y Julio Acosta Polo como jefe del SIS

    La segunda cláusula dice al pie de la letra: “El Arzobispado es una jurisdicción eclesiástica del Perú, de conformidad con el Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, gozando de la personería jurídica de carácter público”.

    El Convenio cita el célebre Concordato entre el Estado Vaticano y el Estado Peruano de 1980, que efectivamente señala que la Iglesia Católica y los arzobispados, además de recibir subvenciones, exoneraciones y beneficios tributarios, tienen personería jurídica de carácter público, que les permite hacer negocios.

    "De ahí han derivado en estos convenios la exoneración del procedimiento de selección que debería haber, que también puede contratarse directamente con la iglesia Católica porque tiene calidad de organismo de Derecho Público!", explica Danos.

    Por eso, para él éxito de este negocio nada santo necesitaban del Arzobispado de Lima. La idea era sencilla, que el SIS firme un convenio con el Arzbispado y que éste último firme a su vez un contrato con la Clínica de Ospeoporosis para darle la categoría de centro de salud del Arzobispado de Lima. 

    En el audio podemos oír al entonces consejero Carlos Moreno hablando por teléfono con el monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar y mano derecha del Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani. Chau fue uno de los que acompañaron de cerca a Cipriani en el litigio con la Universidad Católica y forma parte de la comisión para la Familia y la Vida en la Conferencia Episcopal Peruana. 

    Durante la conversación telefónica, Moreno intenta congraciarse con Cipriani, pidiendo que se le informe que el presidente no daba importancia a la opinión de la ministra de salud Patricia García sobre la distribución gratuita de la píldora del día siguiente en los establecimientos de salud pública.

    La ganancia de Moreno en el Negociazo, se daría se daría a traves de la clínica, la que sería socio en la sombra, sobre todo, por cobro de exámenes complementarios y laboratorio, tal como lo explica en los audios

    Pero, ¿qué ganaba la Iglesia? En caso de los convenios entre el SIS y el Arzobispado y entre éste último y la clínica, el Arzobispado ganaría una comisión por supervisar que los pacientes del SIS sean atendidos adecuadamente y recibiría el 3% del costo de cada consulta para el funcionamiento de la oficina administrativa.

    Menos de 2 semanas después, el SIS y el Arzobispado de Lima suscribieron un convenio específico en cuyo anexo 1 se señala que el único establecimiento de salud vinculado al Arzobispado es la Clínica de Osteoporosis SAC

    Las firmas son del representante legal del Arzobispado de Lima Walter Arturo Muñoz Cho y de Julio Segundo Acosta Polo, jefe del SIS que renunciaría poco después tras reventar el escándalo. Al centro de la foto de la firma del convenio aparece monseñor Raúl Chau. Todo estaba listo.

    Esta semana, tras el escándalo del negociazo, el Arzobispado de Lima publicó este comunicado en el que asegura que el cardenal Cipriani tomo dicha decisión antes de conocer los hechos que son de dominio público en torno al doctor Carlos Moreno. 

    Recordemos que el Ejecutivo conocía el contenido de los audios desde los últimos días de setiembre y que Carlos Moreno presentó su renuncia cuando el escándalo ya era inminente. ¿No sabía Cipriani que Moreno acababa de renunciar porque lo habían grabado conversando, entre otras personas, con el monseñor Chau sobre los convenios con el SIS y la Clínica de Osteoporosis? ¿O es que decidió dejar sin efecto el convenio enterado de que solo era cuestión de tiempo para que el escándalo reventase?

    Esta semana solicitamos entrevistas con los miembros del Arzobispado de Lima involucrados en este caso pero se nos informó que no darán declaraciones. Sin embargo, queda claro que tienen mucho que explicar.