La ciudad italiana de Nápoles (sur), en la que el argentino Diego Armando Maradona hizo historia entre 1984 y 1991, declaró hoy el luto oficial por su muerte a los 60 años de edad y piensa ya en poner su nombre a su estadio de fútbol.
El alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, decretó el luto y en Twitter propuso poner el nombre de Maradona al estadio San Paolo, en el que tantas tardes de gloria dio con la camiseta del conjunto napolitano, para el que logró dos títulos ligueros (1987 y 1990).
El regidor lamentó la muerte del "Pibe de Oro" en Argentina a los 60 años de edad, "una noticia trágica en un año pésimo" y se deshizo en elogios hacia futbolista, quien fue nombrado ciudadano honorario en 2017: "Maradona es Nápoles", resumió.
"El amor de Nápoles por Diego es visceral (...) Con él y a través del fútbol, parece increíble, Nápoles resurgió con el 'Scudetto' de 1987. Maradona es un hombre que unió a todos los napolitanos de todo el mundo y a los seguidores de otros equipos", dijo.
De Magistris dijo que, aunque en ocasiones su forma de vida fuera "discutible", su genialidad fue "única" y mejoró la fama de una ciudad "sobre la que siempre había prejuicios y discriminaciones".
En Nápoles, actualmente confinada por la pandemia de coronavirus, numerosos aficionados han encendido velas y se han congregado en las plazas de su pintoresco Barrio Español a los pies de los murales del astro que le recuerdan, según muestran los medios locales.
Las principales autoridades políticas de Italia como el primer ministro, Giuseppe Conte, lamentaron la muerte del "inigualable" Pelusa.
"El mundo entero llora la pérdida de Maradona, que con su talento inigualable escribió páginas inolvidables de la historia del fútbol. Adiós campeón eterno", publicó en Twitter el primer ministro, Giuseppe Conte, conocido apasionado de "calcio".
Por su parte el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, napolitano, se despidió publicando en sus redes sociales una foto del astro, al que considera "el más fuerte de siempre", vistiendo la equipación del Nápoles. EFE