Hoy:

    Urresti condenado: El largo litigio que atravesó la familia Bustíos para hallar justicia

    Después de 35 años y dos juicios largos y engorrosos, los hijos de Hugo Bustíos vieron como la Justicia condenó a prisión al excandidato a la alcaldía de Lima por ser coautor del asesinato de su padre

    Video: Cuarto Poder

    Un revés judicial para Daniel Urresti, que cierra un doloroso capitulo para los hermanos Bustíos Patiño. Después de 35 años de la muerte de su padre, 10 años y 2 juicios largos y engorrosos, los hijos del periodista ayacuchano Hugo Bustíos vieron esta semana como la tercera sala liquidadora transitoria de la corte superior condenó al exministro, excongresista, excandidato presidencial, excandidato a la alcaldía de Lima y general del Ejército en retiro, Daniel Urresti Elera, por ser el coautor del asesinato en contra su padre.  

    Por 8 horas, el general Urresti escucho junto a su esposa, como los magistrados en base a testimonios y nuevas pruebas, hilaban por segunda vez esta enrevesada historia que se tejió en huanta en 1988 en tiempos sangrientos, de terrorismo, y cuando Urresti se hacía llamar el 'capitán Arturo' y era el jefe de inteligencia de la base militar de Castro pampa, en huanta, Ayacucho. El fallo de esta semana es el resultado del segundo juicio al que Urresti es sometido por este caso. En el primer proceso, el general se absuelto en el 2018.

    Cinco años después, en este nuevo proceso en su contra, la situación fue diferente. Tras la lectura de sentencia, se despidió de su esposa, de su hija y se puso en manos de las autoridades. Cumple su condena desde el viernes en el penal Castro Castro, uno de los más hacinados del país, por eso su defensa inicialmente anuncio que pediría el cambio de penal, ahora dice que no será necesario.

    Esta historia judicial empieza en 1991 cuando en huanta se denunció al teniente coronel del Ejército, Víctor Vera Hernández, y al mayor Amador Vidal Sanbento por los delitos de homicidio, abuso de autoridad y lesiones graves por el ataque al periodista Hugo Bustíos, empresario, bachiller en derecho y corresponsal de la revista caretas y su colega Eduardo Rojas, mientras intentaban cubrir un atentado. Pero en 1993 el Poder Judicial de Huanta dispuso el archivamiento.

    Años después el caso fue reabierto y se continuó con las investigaciones. Vera Hernández y Vidal Sanbento fueron condenados a 17 y 15 años respectivamente, cumplieron un tercio de su pena y fue entonces que empezaron a aparecer más personajes involucrados en este caso, como Daniel Urresti Elera.

    A Urresti se le acusa de disparar a Hugo Bustíos y dinamitar su cuerpo aquel 24 de noviembre de 1988. Margarita Patiño, esposa de Bustíos, esperó por años este fallo judicial condenatorio, desde aquel día que recogió los pedazos del cuerpo de esposo para enterrarlo y guardo lo que quedaba de su ropa, su cámara de fotos y cobijo con amor cada una de las pertenecías de su esposo, envolvió los malos recuerdos y espero llegar algún día a los culpables. Ella murió hace 4 años.

    Recién en el 2013 la Fiscalía formaliza la denuncia contra Urresti, el poder judicial abre proceso y el caso fue derivado a lima, al general se le imputaba la autoría mediata del crimen, pero él siempre lo negó.

    2 testimonios han sido claves en este segundo nuevo juicio que se inició en el 2020 porque la corte suprema decidió anular el proceso en el que se absolvía a Urresti y volver todo a foja cero por considerar que hubo irregularidades.

    Isabel Rodríguez Chipana es la testigo que vivía muy cerca de la zona en la que asesinaron a Bustíos y aseguró por años haber reconocido a Daniel Urresti como parte del grupo de militares que disparó al periodista, pero durante el primer juicio el general desbarato su testimonio

    La sala consideró en el 2018 que el testimonio de Rodríguez Chipana no tenía contundencia pues no existía certeza de que Urresti haya estado en el lugar de los hechos y finalmente lo absuelven. Isabel Rodríguez Chipana, además, denunció que Daniel Urresti la violó 2 veces, días después del asesinato de 1988. Esta denuncia tampoco prosperó por falta de elementos.

    Pero existe otro personaje clave en esta historia: Jesús Gálvez, un testigo que en el 2021, es decir ya en este nuevo proceso contra Urresti, revelo que le ofrecieron 5 mil dólares y una operación de la vista a cambio de que no testifique en contra del general, el hombre que le hizo el ofrecimiento fue un emisario del mismo Urresti, según como se presentó el sujeto que llegó de Lima hasta Ayacucho, en busca de Jesús Gálvez.

    Jesús Gálvez ya en el 2018 había declarado en contra de Daniel Urresti, y lo denuncio además por haberlo torturado en el cuartel de Castropampa apenas días después del asesinato de Bustíos. Por ello su testimonio, esta vez era fundamental porque corroboraba gran parte de lo dicho por Isabel Rodríguez Chipana sobre el año de la construcción del muro del cuartel, y la participación de los campesinos en estas obras, información, relevante porque demostraba que Rodríguez Chipana si conocía de cerca a los militares y por tanto a Urresti, debido a los trabajos que hizo ella y sus vecinos hicieron en el cuartel.

    Según Jesús Gálvez, fue Serapio Cárdenas, el testigo de Daniel Urresti en el juicio, quien lo busco en varias oportunidades para hacerle estos ofrecimientos con el fin de silenciarlo, entonces, Gálvez lo grabó para registrar la propuesta que traía de parte de la gente de Urresti de comprar su versión. Estos audios fueron presentados por este programa en febrero del 2021.  

    Gálvez decidió también recibir al emisario de Urresti que llegó de Lima y lo graba no solo con su celular sino también con una cámara de video.

    Ahora, desde la cárcel, Daniel Urresti asegura una vez más ser inocente y seguirá dando batalla en el poder judicial. Un largo proceso en el sistema judicial que cierra brechas del pasado en 3 adultos, que en 1988 eran apenas unos niños, quienes guardaron el recuerdo intacto de su padre, pero también de lo ocurrido en esas pampas de su hermosa tierra de la que prefieren no irse nunca a pesar de lo vivido.