Soldado que vive con bala en el cuerpo denuncia abandono por parte del Ejército
El soldado mantiene el proyectil en su cuerpo desde hace 8 años
Reninger Yumbato, un soldado que prestó servicio voluntario al Ejército, lleva ocho años con una bala en el cuerpo. Denuncia que su institución nunca le ofreció una indemnización por lo ocurrido.
Hace tres años el proyectil se encontraba a milímetros del hueso, hoy le roza el hueso y cada paso que da es un dolor constante.
Yumbato servía voluntariamente en Tocache cuando en diciembre del 2010 narcoterroristas atacaron una brigada del Corah. Se atendió en el hospital y después, asegura, lo dejaron a su suerte.
En diciembre del 2018 presentó una queja al Comando de Personal. Le respondieron que no existe documentación alguna sobre su caso y que al haber pasado 8 años de haberse licenciado perdió su derecho a ser atendido.
En el Hospital Militar Central indicaron que según su historia clínica él se retiró en buenas condiciones. Precisaron que la ley establece un mínimo de 30 días de hospitalización para evaluar a un herido; si está sano se reincorpora al servicio.
Yumbato cuenta que permaneció escondido varios años pues era amenazado por terroristas.
Para su abogado, a Reninger le corresponde una pensión y una indemnización. En el hospital dijeron que no. Prometieron recibirlo y atenderlo, mientras tanto, una bala en su interior le recuerda en cada pisada su paso por el Ejército.
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