Las ollas solidarias sobreviven en Lima pese a la pandemia
En Lima hay 2034 ollas comunes que alimentan diariamente a cerca de 20 000 personas
En San Juan de Miraflores, el vapor que emerge de las enormes cacerolas de una olla común se confunden con la neblina que se camufla en los hogares más pobres de este distrito.
Se trata de la olla Padre José Luis Calvo, en honor a un sacerdote que dejó los hábitos para hacer de la solidaridad una acción cotidiana.
En este lugar decenas de personas acuden a alimentarse gracias a un grupo de voluntarias que desde muy temprano inician su labor y tienen historias duras de vida, duras como sorprendentes.
Ellas organizan toda la olla común, consiguen donaciones, preparan el almuerzo y de vez en cuando cuidan a sus padres y a sus hijos.
Hacen lo impensado, lo que parece muy difícil: con 50 soles o menos comprar ingredientes para dar alimento a todo el barrio.
Mientras cocinan, los pequeños hijos de estas heroínas juegan por todo el espacio entre las tierras y las piedras.
Lo que ahora necesitan son donaciones económicas, así como abarrotes, carnes, transporte, algún balón de gas, utensilios de cocina o lo que se pueda, que siempre será bien recibido.
En Lima hay 2034 ollas comunes que alimentan diariamente a cerca de 20 000 personas. La pobreza, mientras tanto, ya alcanzó al 30 % de la población debido a la pandemia.