Hoy:

    Hombre explotaba sexualmente a madre de sus hijos

    La PNP capturó a un hombre que explotaba sexualmente a la madre de sus hijos. La joven había sido reportada como desaparecida en Cajamarca años atrás

    Foto y video: América Noticias

    Una mujer de 22 años ha denunciado ser víctima de explotación sexual por una persona que en los últimos 5 años llenó su mundo de mentiras. La obligaba a prostituirse y llegó a tener dos hijos con su captor. Una historia que envuelve a una red de trata de personas.

    Retroceder en el tiempo es crucial en esta historia, cuando en abril del 2019 una familia comenzaba a llenar cada poste con afiches de la desaparición de una adolescente de 16 años.

    La población de Cajamarca fue testigo en aquellos días de cómo sus padres y hermanas suplicaban por indicios que los lleven a dar con el paradero de una menor de edad.

    Hasta ese entonces sus seres queridos no sabían que mentes inescrupulosas la habían captado a través de páginas de Internet para trasladarla hasta la capital.

    Esta joven, a quien llamaremos María. Llego sin nada más que la voluntad de trabajar y surgir en un mundo lleno de mentiras. Deambulaba por las calles del centro de Lima hasta que sus captores se hicieron presentes.

    Era el inicio de su calvario. Pasó a las redes de la trata de personas. Que solo buscan lucrar con sus cuerpos. Era muy tarde para María poder escapar.

    Sin embargo, María se encontraba ahora en una encrucijada. Resulta que su tratante se había convertido en su pareja y producto de esa relación habían concebido dos hijos.

    Jose Luis Huacanjulca Baltazar de 39 años había aprendido de memoria el negocio. Tenía varias chicas a su disposición. Comprendió que no podía meterse en las plazas tomadas por las mafias venezolanas.

    Planifico la estrategia perfecta. Se ganaba la confianza de sus víctimas para tomarles fotos y registrar videos de contenido sexual. Con la creación de las páginas de Internet, solo tenía que esperar que los cientos de usuarios hagan contacto, mientras les inventaba nombres y se hacía pasar por ellas.

    Sus principales puntos para no levantar sospechas eran el óvalo higuereta o La Bolichera en Surco. Al norte de Lima, en el distrito de Comas, se aseguraba que le manden su ubicación por GPS con el número de habitación que había separado el cliente.

    José Luis ofertaba a su pareja, ya sea por todo el día o toda la noche. Cobraba entre 600 o 500 soles para solo beneficiarse del maltrato que no soportaba más la madre de sus hijos. María se armó de valor y denunció el hecho. La policía empezó un trabajo de inteligencia de forma articulada; plantaron una vigilancia siguiendo los pasos de la víctima.

    Hasta que el pasado 18 de setiembre se terminaría su sufrimiento. Fue seguida hasta el hospedaje de Eros en Comas. Los agentes tenían la clara determinación de librarla de esta mente criminal.

    Ingresaron sin tiempo a que puedan reaccionar. Subieron las escaleras de la incertidumbre y ahí estaba María. Le dieron tiempo para que saque todos los billetes, la evidencia de lo que habían pagado por ella. 

    Con las pruebas sobre la mesa, ahora tenían que llegar a la casa de este personaje que sin oponer resistencia ya sabía que sus aires de impunidad habían llegado a su fin. José Luis fue trasladado a la división de trata para que revele toda la verdad. 

    María en calidad de víctima sigue revelando más horrendos pasajes de su vida al lado del padre de sus hijos. Según la propia joven que ahora tiene 22 años, este perverso sujeto amasó cerca de 70 mil soles de forma ilícita. No solo compraron una casa. Sí, y además, ilusiono a María matriculándola para que estudie enfermería.

    Con total sangre fría, este hombre que asegura dedicarse al taxi por aplicación revela lo que guardaba en su celular. Por un lado, las imágenes de placeres maliciosos de la mujer que decía amar y, por otro lado, la fachada de una familia. Una ilusión en una sistemática violencia psicológica.

    José Luis ahora es preso de sus irreparables decisiones. Lleva la culpa que lo marcará por siempre. María no sabe qué relaciones tendría su pareja en una red criminal. Vive con miedo y tiene que aprender a salir adelante por la razón más importante de su vida: sus hijos.