Hoy:

    Cuajone, mina bloqueada

    Para entender este conflicto hay que llegar a la fuente del problema, hasta las partes más altas del distrito de Torata.

    (Video: Cuarto Poder)

    Iván Mendoza es dirigente de los campesinos que dejaron sin agua a un campamento minero completo en Cuajone. Fuimos hasta Moquegua para hablar con él, pero solo podía responder con la venia de su asamblea popular.

    Hace cuarenta días, cerca de 500 comuneros mantienen en jaque a la cuprífera Southern Perú. Un conflicto que, pese a las alarmas sociales y económicas que gatilló, poco ruido les hizo a las llamadas autoridades competentes.

    Moquegua es una cálida ciudad que tiene un serio problema en sus narices. A pocos minutos de allí se ubica el distrito de Torata, centro de operaciones de la mina Cuajone y escenario de una peculiar protesta.

    Son obreros y sus familiares reclamándole al gobierno nacional: mina, sí; pero también agua.

    Desde el pasado 28 de febrero, vecinos de la pluricomunidad Tumilaca-Pocata-Coscore-Tala le cortaron el suministro de agua a todo el complejo minero de Cuajone. Aquí no solo se produce concentrado de cobre, sino que viven cinco mil personas.

    En este campamento funciona un hospital capaz de atender cirugías complejas, pero que hace tres semanas se abastece con agua de camiones cisterna.

    Fiorella lleva viviendo aquí más de diez años. Jamás pensó que una situación así la obligaría a salir con dos baldes a recoger agua de un tanque. Pero si no hiciera este ejercicio tres veces al día, la salud y el cuidado de su hijo correrían peligro.

    A los 160 obreros de la planta concentradora de cobre que funciona en Cuajone no les queda más que protestar. El 01 de marzo no pudieron seguir trabajando por falta de suministro pues las operaciones de Southern Perú se paralizaron debido a la falta de agua. Cada jornada, estos molinos generaban dos mil toneladas de mineral concentrado.

    Para entender este conflicto hay que llegar a la fuente del problema, hasta las partes más altas del distrito de Torata.

    El pasado 10 de febrero, según reportes oficiales y periodísticos, comuneros de Torata dejaron en escombros esta parte de la vía férrea por donde Southern lleva mineral a su refinería en Ilo. No sería el único rezago violento que nos encontraríamos camino a Viña Blanca, en busca de la otra cara de esta moneda.

    En medio de una espesa neblina, llegamos al improvisado campamento de los comuneros. Son hombres y mujeres que hacen guardia para evitar que la minera retome el control de la laguna artificial que le provee de agua para uso industrial y familiar.

    El distrito de Torata recibió más de 700 millones de soles de canon minero en los últimos quince años; pese a ello, la comunidad Tumilaca-Pocata-Coscore-Tala carece de redes de saneamiento.

    El meollo del conflicto con la minera es un complicado desacuerdo de límites. La comunidad de Tumilaca-Pocata-Coscore-Tala sostiene que esta laguna-reservorio y parte del campamento de Cuajone están en terrenos que le pertenecen.

    La empresa, justamente, estaba realizando trabajos en la zona para reemplazar parte de las tuberías que llevan agua a sus operaciones. Según Southern, esta línea negra delimita los derechos mineros que le ha otorgado legalmente el estado peruano desde el siglo pasado y la comunidad vendría a ser su vecina.

    Los comuneros aseguran que sus ancestros adquirieron estas tierras mediante pago directo al gobierno de Ramón Castilla, hace más de 150 años. Southern sostiene que su acuerdo con el estado es para explorar y explotar cobre; una concesión, aseguran, con todas las de la ley.

    Southern Perú dice haberle hecho una oferta formal a la comunidad por la compra de mil 900 hectáreas de terreno, pero que su propuesta económica hasta ahora no obtiene respuesta. La entidad llamada a aclarar este desacuerdo territorial es el gobierno, cuya delegación, liderada por el ministro de Energía y Minas, llegó a Viña Blanca recién el pasado jueves 17, por la tarde, más de un mes después de iniciado el conflicto.

    Durante la ausencia del gobierno en la zona, la minera denunció varios daños a su propiedad.

    La comunidad acusó a Southern Perú de intentar recuperar su reservorio de manera violenta.

    La mesa de diálogo que debieron iniciar en Torata los comuneros, el gobierno y Southern Perú se frustró durante el fin de semana. La laguna seguirá tomada y la mina de Cuajone no podrá producir cobre, además de las consecuencias de no tener agua potable. Una crisis que parece enmarcarse en este pequeño bastión del sur, pero que le afecta, sin duda, a todo el país.