COVID-19: Así es la nueva vida en El Carmen ante la ausencia del turismo
El estado de emergencia barrió con las fiestas patronales y terminó con el turismo que eran el sustento de sus habitantes
Hasta antes de la pandemia por COVID-19, una buena parte de la comunidad afroperuana de El Carmen (Chincha) vivía de la danza, la música y el turismo.
El estado de emergencia barrió con las fiestas patronales y aniquiló las visitas. Las calles de El Carmen lucen vacías de visitantes y los miembros de las familias de la zona tuvieron que reinventarse.
Camilo Ballumbrosio, por ejemplo, ha tenido que dejar la música y sus proyectos gastronómicos para volver al campo. El hijo de don Amador cosecha sus productos y elabora pasteles con estos insumos.
A este lugar del país ha vuelto la vida bucólica de antaño. Aunque en El Carmen hay temor por el coronavirus. Así como los ballumbrosio, lugares emblemáticos como el refugio de Mamainé lucen desolados.
Por otro lado, Lucy Ballumbrosio, quien se dedicaba a la danza afro y al diseño de modas ahora hace mascarillas con telas africanas y peruanas que promociona en su página de Instagram Luandou. La comunidad de a pocos sale adelante en medio de la precariedad.
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