Hoy:

    Viajes interprovinciales informales se realizan pese a estar prohibidos en cuarentena

    Para ir desde Lima hacia La Oroya los autos colectivos cobran 150 soles

    Viajes informales.

    En tiempos de la nueva convivencia por el coronavirus en la que el tránsito está restringido también entre provincias y regiones, surgen nuevos paraderos interprovinciales. Uno de ellos está en la zona de Huaycán al lado de la Carretera Central.

    Como si fuera un mercado, también se hace cola y funciona a vista y paciencia de la Policía. Para ir a La Oroya en Junín los autos colectivos cobran en promedio 150 soles y a Huánuco entre 300 y 350 soles. 

    Sin pase laboral, sin permisos ni cartas. Ante esta situación, las autoridades de Carreteras afirmaron que estos vehículos informales siempre son intervenidos. Cuarto Poder quiso comprobarlo y un colaborador se subió a una unidad el último 27 de mayo.

    El colectivo pasó como si nada el control policial y militar de Corcona. En esta zona, los efectivos son meros espectadores de la informalidad.

    Según contó el chofer del colectivo al colaborador que viaja en la unidad, les dan 20 soles a los policías si es que les piden documentos.

    Cerca de Matucana, una unidad de la Policía de Carreteras de San Jerónimo de Surco realiza un operativo. Aquí el chofer se bajó del auto y habló con los efectivos. Segundos después regreso y siguió su camino. Según contó, le dio 30 soles para que lo deje seguir.

    En teoría se le debería retener la licencia, multarlo y llevar a todos a la comisaría, pero ello no ocurrió.

    Se configuró un acto de corrupción que además pone en peligro de contagio a los pasajeros, a los mismos policías y por supuesto a los pobladores que reciban a estos viajeros sin control.

    En confianza con el colaborador, el chofer le contó que estos viajes informales se realizan a diario y con lo que obtiene en una vuelta le alcanza para comer. En medio de la conversación, el tiempo se pasó rápido y ya pasaron Ticlio sin ningún problema.

    Luego de un tiempo, finalmente llegaron a Junín por 150 soles. Ni un solo control impidió que el colectivo llegue a esta parte del país.

    Tras llegar, el conductor se baja para captar nuevos pasajeros, pues debe concretar la vuelta. Por viaje gana 450 soles. Un pasaje normal a La Oroya, antes, costaba entre 20 a 30 soles.

    En el lugar, varias personas intentan llegar a otras partes del país como a Huánuco, pero buscan precios al alcance de su bolsillo. Las unidades pasan llenas y sin control alguno.

    En el desvío a Tarma se encuentran colectivos que van hasta la selva central. Pero desde Lima van a Ica, Arequipa, a Lambayeque, a Piura. Llegan a cualquier parte del país. Incluso algunos afirman que cuentan con pase laboral.

    Según el jefe de Carreteras, durante la cuarentena, han intervenido 3656 personas, 738 vehículos y se han impuesto 394 papeletas.

    Mientras todo esto ocurre frente a la autoridad, los transportistas formales aún siguen con el motor apagado, pues no pueden trabajar pese a que se han adaptado a los protocolos pedidos por el Ministerio de Salud (Minsa).

    Están desinfectando los vehículos hasta con luz ultra violeta, pero los buses formales aún siguen en las cocheras. 

    Quienes están en la carretera son las van y los colectivos, que por algunos soles viajan de norte a sur, cruzan la sierra y hasta llegan a la Selva en plena cuarenta. La informalidad también es un virus que la autoridad parece no querer frenar.

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