Hoy:

    Congestión vehicular y robos en inmediaciones de obras de Línea 2 del Metro de Lima

    Estafas, robos y persecuciones, las cámaras de seguridad de Ate y Santa Anita siguen sumando ilícitos en su archivo. Si el objetivo era el beneficio a sus vecinos, el retraso de la obra solo los perjudica.

    Congestión vehicular y robos en inmediaciones de obras de Línea 2 del Metro de Lima

    Cámaras de seguridad de Ate y Santa Anita registran en inmediaciones de la carretera Central y por donde algún día recorrerán los vagones de la esperaba Línea 2, el primer metro subterráneo de Lima

    Tras seis años de interminables de espera y una marcha blanca sin luz verde para el arranque, así lucen decenas de cámaras divididas en las estaciones ya concluidas.  

    Equipos que junto al servicio cerrado de televisión siguen inoperativos y que autoridades de ambas jurisdicciones piden celeridad en su funcionamiento. 

    Estafas, robos y persecuciones, las cámaras de seguridad de Ate y Santa Anita siguen sumando ilícitos en su archivo. Cuánto tiempo falta para que esta mega obra nos ofrezca mejor transporte y mayor vigilancia que por derecho nos corresponde. 

    Si el objetivo era el beneficio a sus vecinos, el retraso de la obra solo los perjudica. Muy cerca del patio taller, el cierre de calles y desvío del tránsito continúa.  

    La comuna espera se concrete la entrega de 160 cámaras que sumadas a las de las estaciones le hagan frente a la delincuencia.  

    En este punto, las vallas metálicas impiden el mal tránsito de vehículos hasta el hospital Hermilio Valdizán. Las cámaras están ahí sin movimiento peatonal ni vehicular, las calles lucen desoladas y ponen en peligro a pacientes, trabajadores y vecinos.  

    Conocida también como estación 22 ubicada en el cruce con la avenida Nicolás Ayllón, se dijo que en el segundo trimestre de año se abriría el tránsito en este punto. Aquí las cámaras permanecen entre vallas metálicas.  

    De óvalo solo el nombre, reabierto al tránsito hace 29 días, la demora de la marcha blanca mantiene intacto un mal crónico como evitar que comerciantes y mototaxistas se apoderen de las estaciones del metro sin un eficiente control. 

    Puente Santa Anita, 11 de la mañana, los principales accesos al distrito lucen con congestionamiento vehicular.  

    Con una marcha blanca aún invisible, se estima que en agosto las cinco estaciones estén abiertas al público. Ate y Santa Anita, juntos, tienen en total 351 cámaras. El beneficio sin duda es mayor con las que estarán operativas en las estaciones de la mano con el personal de seguridad contratado.

    Esperemos que aquellos puntos ciegos y desolados sobre 35 kilómetros de túnel conviertan en luz por la seguridad y el transporte que todos anhelamos.