Venganza sangrienta: El asesinato en Pachacámac del narcotraficante alias 'Doctor'
La historia de alias "Doctor", asesinado en la casa de Pachacámac por un ajuste de cuentas del narcotráfico, quien ya era seguido por la policía desde el 2021 y vivía bajo la fachada de ser un empresario de espectáculos
La historia detrás del crimen de Pachacámac. La tarde del 28 de enero del año pasado todo el Perú gritaba el gol de “Oreja” Flores ante Colombia en Barranquilla por las eliminatorias al Mundial de Qatar.
El festejo también se vivía en este alejado fundo de Pachacámac, donde lejos de miradas indiscretas, un famoso cantante de salsa compartía una distendida tarde de diversión junto a amigos de extrema confianza. El sobrino favorito de un expresidente y un narcotraficante asesinado a balazos hace solo nueve días.
Entre el grupo que celebra se puede ver al cantante panameño Roberto Blades, de sombrero, junto al narcotraficante conocido por la policía antidrogas como "Doctor” o “Mitchel" Lerry Jaén Valdera, quien viste una camisa blanca, pantalón color caqui y lentes en la cabeza. Alias el “Doctor” es abrazado por su íntimo amigo Fernando Manrique o conocido como "Filete", sobrino del ex presidente Alejandro Toledo.
En las imágenes de la fiesta aparecen James Palomino y Camilo Torres, miembros también del entorno más íntimo del narcotraficante Lerry Jaén Valdera. Son tres de las cuatro personas asesinadas el pasado viernes 24 de mayo en una casa en Pachacámac. Festejaban alegres y por todo lo alto el éxito de un pase de cocaína a México, sólo meses antes de caer salvajemente acribillados.
Una banda de narcos que en realidad no era nueva para la policía. Desde el año 2021 el círculo de confianza de Lerry Jaén Valdera, alias “Doctor”, era un objetivo prioritario de la policía y la fiscalía antidrogas. Los investigadores tenían la certeza de que Lerry Jaén Valdera ya había logrado enviar más de una tonelada de cocaína a México a fines del año 2021, desde entonces le seguían los pasos al milímetro. Pero el “Doctor” no era bien visto dentro del mundo del narcotráfico porque no respetaba los “códigos del hampa”.
Estas imágenes son de cuando Lerry Jaén Valdera es captado por los agentes de la Divines. Lo acompañan su jefe de seguridad, el exmarino Luis Becerra, y Jhony Saavedra Acosta o “Winie”, el piloto de las dos embarcaciones con las que esta organización trasladaba la cocaína a altamar.
Pero mientras la policía ya le seguía los pasos, Lerry Jaén Valdera usaba como fachada su supuesto próspero negocio de empresario de espectáculos. Así disfrutaba de su dinero sin despertar sospechas.
Justamente este otro video, registrado durante la misma reunión privada del 18 de enero del año pasado, se ve a la orquesta Zaperoko del Callao en pleno concierto junto a Roberto Blades. En medio de la fiesta, una dedicatoria especial para la mamá del narcotraficante.
Un mes después, otra fiesta por todo lo alto: esta vez en el cumpleaños del “Patrón” destaca esta pancarta con el personaje del Monopolio con una bolsa repleta de dolares, en el escenario nuevamente Roberto Blades cantandole a su intimo amigo, el narcotraficante Lerry Jaén Baldera.
De pronto, aparece con una camisa floreada el marino en situacion de retiro Luis Becerra Palacios, apodado por los agentes antidrogas como "Popeye", coordinador y jefe de seguridad de la organización.
Pero los días de festejos terminaron para el “Doctor” y su banda la semana pasada cuando fueron asesinados en Pachacámac mientras ejecutaban un nuevo pase de droga. No respetar los códigos del narcotráfico le costó la vida.
Según la Dirandro y la fiscalía, Lerry Jaén Valdera fue traicionado por un miembro de su propia organización. Este video captado por los agentes de la Divines, muestra a un hombre clave en esta trama de cocaina y sangre, es el ecuatoriano conocido como "Gabo" y que utilizaba la falsa identidad de Carlos García Latorre. Se sospecha que fue quien le propuso a Lerry Jaén Valdera comprar 500 kilos de cocaína a otro ecuatoriano, sin imaginar que todo era una trampa.
Desde Ecuador, el supuesto vendedor de la droga, a su vez, envía al Perú dos venezolanos, conocidos en el mundo del narcotráfico como garantes. Una especie de veedores para asegurar el pago por la cocaína.
Los garantes enviados desde Ecuador fueron alojados por el propio Lerry Jaén Valdera en la casa de Pachacámac, donde permanecieron varios días a la espera de que se concrete la venta de la cocaína. Pero cuando el pase supuestamente se había concretado y tocaba pagar, los venezolanos asesinaron al “Doctor” y su banda y huyeron con el dinero con que se iba a pagar la droga. Pero no se llevaron sólo la plata.
Lo que hasta ahora es un misterio para la policía es si la droga de Ecuador realmente existió o se trató de un engaño para vengarse de alias “Doctor” y su banda. Tampoco se sabe nada de los dos peruanos que viajaron a Ecuador para concretar el negocio.
Pero tras el crimen en la casa de Pachacámac, la Dirandro logro detener a otra parte de la organizacion, cuando pretendian hacer un pase de cocaina para conseguir dinero en efectivo para pagar los cuatro sepelios y esconderse por un tiempo.
El primero en ser detenido fue Fernando Manrique, el sobrino favorito del expresidente Alejandro Toledo, quien se hizo conocido cuando fue investigado por el caso de las firmas falsas de País Posible, luego Perú Posible. Fue detenido en el 2008, luego liberado y finalmente absuelto de las acusaciones en su contra. Su nombre volvió a las primeras planas cuando el año pasado Cuarto Poder reveló que mantenía comunicación con Bruno Pacheco, entonces secretario general de Palacio de Gobierno cuando Pedro Castillo estaba en el poder. Hoy vuelve a ser noticia luego de caer junto a otros sujetos miembros de circulo intimo del narcotraficante asesinado en Pachacámac.
Otro de los detenidos fue el exmarino Luis Becerra. Cayó cumpliendo el último deseo de su jefe: traer desde Huaral 10 kilos de cocaina para con eso pagar su sepelio.
Una investigación policial y fiscal que desde el año 2021 le seguía los pasos a la organización encabezada por Lerry Jaén Valdera, quien terminó sus días como se pagan las traiciones en el mundo del narcotráfico: a sangre y fuego.