Los entretelones de Al fondo hay sitio en China

Al fondo hay sitio marca un hito en la historia de la televisión peruana. Detrás de cada escena hubo un sinfín de anécdotas que hicieron de esta experiencia una verdadera aventura.

Fueron quince días de grabaciones en los que se enfrentó un sinfín de retos: temperaturas bajo cero, jornadas extenuantes y la barrera del idioma. Cada escena, sin embargo, reflejó la espontaneidad y la calidez humana con la que fue recibido este equipo de América Televisión en China.

La experiencia no solo quedó plasmada en las grabaciones, sino también en los recuerdos de quienes vivieron esta histórica producción

La comunicación fue un auténtico ejercicio de creatividad. El equipo buscó formas de entenderse y de reírse en el intento. Las señas improvisadas y aplicaciones de traductores en los celulares fueron parte de la cotidianidad.

Cada locación fue cuidadosamente seleccionada. Las grabaciones se realizaron en cuatro ciudades: Beijing, Shanghai, Fuzhou y Dongguan.

El rodaje se convirtió en un intercambio cultural donde la risa fue el mejor traductor. Al Fondo hay sitio en China marca un antes y un después en la historia de la televisión peruana.

El despliegue de producción fue de primer nivel. Técnicos, directores, productores, todos juntos han transportado a la teleaudiencia a lugares emblemáticos de China, desde los majestuosos teatros tradicionales hasta la imponente Gran Muralla.

China recibió a esta delegación de América Televisión con su grandeza, sus imponentes rascacielos y su fascinante cultura, pero lo que el elenco de Al fondo hay sitio jamás imagino fue vivir una experiencia que los dejaría en la más absoluta oscuridad.

Cada noche, este equipo de profesionales se esfuerza por cautivarlos en casa. De lunes a viernes, Al fondo hay sitio consigue más y más teleaudiencia que acompaña a estos reconocidos actores en cada una de sus aventuras.

Déjese cautivar por esta serie que noche a noche nos demuestra que, al fondo, siempre hay sitio.