Hoy:

    Paro de transportistas: alcaldes y gremios cuestionan medidas

    Transportistas de Lima protestaron para acabar con las extorsiones y en respuesta el Gobierno decreto en emergencia varios distritos. Pese a ello, los casos de criminalidad continúan, según denunciaron varios alcaldes. Exigen una mejor estrategia

    Foto y video: América Noticias

    La paralización de transportistas sumada a las protestas sacude al gobierno de turno. Que toma decisiones sobre la marcha sin ninguna estrategia coordinada con los gobiernos locales.

    Las mafias dejan sus recados con sed de ganar terreno en la extorsión. No les importa vaciar cacerinas en contra de policías. Secuestran el agobio de más de un empresario.

    Liberan mentes siniestras sin respuestas claras. Donde los penales a merced de los más avezados personajes consiguen Internet sin freno. Pero son ellos, los que mueven los hilos de la impunidad, quienes siempre se dan la gran vida.

    Quedó evidenciado que 7 soles valen la vida de un chofer o cobrador que se niega a pagar cupos. Las calles olvidaron el último jueves el bullicio de los buses; fueron reemplazadas por momentos de violencia y pánico entre los que no acataron el paro y los miles de pasajeros.

    Una situación que arrastra tantas historias de trabajadores de empresas de transporte abandonados a su suerte. La única alternativa bulle hasta que todos se pongan de acuerdo.

    Solo 11 distritos de Lima y uno del callao en emergencia. Ministros de Estado reunidos para contarle al país cuál sería el remedio con recursos de todos los peruanos. San Juan de Lurigancho enrumba la inconformidad. Hace meses pasaron por el mismo proceso, pero nada cambió.

    Don Julio no maneja más 15 horas al día, pero empatiza su desahogo al ser víctima de la extorsión. De lo que puede recaudar tiene que separar un monto diario que le exigen los criminales por mantener su puesto. 

    El Ejecutivo trataba de calmar las aguas. Pero ya nada sorprende: la misma jefa de Estado retrata una realidad que no suma, preocupa.

    Al igual que muchos peruanos, piensa que el estado de emergencia no debería ser un saludo a la bandera. Que a las dos semanas no haya rastros ni de policías ni militares.

    Se crean divisiones policiales contra la extorsión cuando la dirigencia ya tiene una unidad especializada en contra de ese delito. Anuncian la ampliación del penal de máxima seguridad de Challapalca, que saldrá del bolsillo de todos los peruanos, y de darse, sabe Dios cuándo terminará dicha reconstrucción.

    Solo sabemos que mientras usted termina de leer este informe, más de un celular timbra con mensajes de muerte. Alistan las balas para los buses estacionados de los próximos paraderos. Hasta que vuelvan a salir a las calles como el día que la extorsión puso de cabeza a toda la capital.