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    El Metropolitano nuestro de cada día

    Las obras de la ampliación del Metropolitano generaron caos en los primeros días de implementación del plan de desvíos

    Domingo al Día

    Las obras de desviación por la construcción del nuevo tramo del Metropolitano en Lima Norte trajo un malestar general en la población que se moviliza en esta zona de Comas. El primer día de cierre, el caos se apoderó de las pistas y aunque después, se pudo controlar la situación, el caos vehicular y las quejas aún se mantienen.

    Es el caos vehicular en su máxima expresión, el desorden, la violencia y el irrespeto se juntaron en una peligrosa y enredada combinación que se desató, dicen los usuarios, por la falta de información.

    La confusión se apoderó de conductores y usuarios del transporte público en el distrito de Comas debido al cierre de un tramo de la avenida Túpac Amaru. El primer día de septiembre fue nefasto para todos los que transitaron por el cruce de la avenida Maestro Peruano la mencionada vía.

    Gran parte de la población caminó para avanzar algunas cuadras y así poder llegar a la Estación Naranjal del Metropolitano. Otros subieron amontonados a los mototaxis que aprovecharon el desorden para inflar los costos del pasaje.

    Los buses alimentadores del Metropolitano se mezclaron entre autos, camiones, mototaxis y combis en una congestión que duró toda la mañana. La falta de personal de la ATU y de agentes policiales para controlar el tráfico generó gran malestar. Incluso algunas personas debido al retraso, llegaron tarde a sus trabajos con el temor de que sean despedidos o les descuenten el día.

    Ante la falta de autoridades, la población se atrevió a mover las pesadas barreras de concreto que bloqueaban las vías para poder avanzar y permitir el paso a las mototaxis. Los humos estaban tan caldeados que la Policía Nacional tuvo que utilizar la fuerza para que uno que otro conductor acate las prohibiciones. Incluso intentaron agredir al reportero Eder Hernández del servicio local de noticias.

    Al día siguiente, aunque la policía y la Municipalidad de Lima intentaron poner orden en todas las intersecciones, en algunos puntos la población se entercó en no acatar los desvíos.

    Un conductor se rehusó a dar una vuelta a la manzana para llegar a su vivienda, el paso estaba prohibido pero aún así, permaneció estacionado durante más de 20 minutos, bloqueando el paso de los buses del Metropolitano y esta vez, no hubo policías que lo hicieran recapacitar.

    El caos continuó en la avenida Maestro Peruano y la Túpac Amaru, aunque en menor medida. La Municipalidad de Lima reconoció que se pudo haber comunicado mejor el cierre de vías. Sin embargo, es una molestia que luego se convertirá en beneficio para todos.

    Los vehículos que vienen desde Carabayllo por la avenida Túpac Amaru deberán doblar por la avenida Maestro Peruano, girar en Gerardo Unger y avanzar por esa recta hasta la Estación Naranjal.

    El cierre de la avenida Túpac Amaru se mantendrá por todo el mes de septiembre, así que tome sus precauciones.