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    Huacho: Hombre fue condenado por delito que cometió su hermano

    Un hombre vive en la clandestinidad luego que fuera sentenciado a 20 años de cárcel por un delito que no cometió. Su hermano reconoció su culpabilidad, pese a ello el Poder Judicial ordenó su recaptura

    Foto y video: América Noticias

    Carlos Salvador Chafalote es un hombre acusado de robo agravado y sentenciado a 20 años de prisión por un delito que, según dice, no cometió. Estuvo recluido durante 8 años en un centro penitenciario, clamando inocencia, a pesar de que su propio hermano, José Cristian Chafalote, confesó haber sido responsable de este delito.

    En noviembre del 2024 salió en libertad por un habeas corpus que presentó su defensa, y luego de 4 semanas la justicia le revocó la medida, pidiendo que nuevamente regrese a prisión. Por ello, Carlos decidió vivir en la clandestinidad.

    Carlos Joel Salvador Chafalote tiene 36 años y es padre de 3 hijos, pero su vida tuvo un antes y un después. Hace 8 años su vida estuvo rodeada de unión y amor con una familia constituida; se dedicaba a la construcción y vivía tranquilamente en la ciudad de Huacho.

    Su felicidad se creció aún más cuando se enteró de que su esposa estaba embarazada. Pero esa alegría se resquebrajó tras un hecho que cambió su vida para siempre. La pesadilla de este hombre comenzó el 6 de abril de 2015, cuando unos delincuentes ingresaron a robar a una vivienda de la ciudad de Huacho.

    La mototaxi utilizada por los hampones fue encontrada en casa de Carlos; la justicia lo acusó de haber participado en el robo, a pesar de que su hermano confesó ser el responsable de esto.

    Aquel día, 3 delincuentes encapuchados ingresaron a una vivienda con armas de fuego y redujeron a la dueña de la casa y a su hija. Tras robar todo lo que pudieron, huyeron en un mototaxi rojo. Al día siguiente, la policía llegó a la vivienda de los padres de Carlos y encontró estacionada la moto, pero según el acusado, la manejaba su hermano Cristian, quien no se encontraba en la casa.  

    Carlos, sorprendido, señala que no entendía lo que pasaba. Con las horas se enteró de que estaba siendo acusado por el delito de robo agravado. Indignado, clamó su inocencia, pero todo se convirtió en rabia al saber que el verdadero culpable era su hermano.

    Inicialmente lo negó todo, pero el remordimiento lo consumió al saber que Carlos iba a ser sentenciado por su culpa; entonces decidió confesar su delito.

    Testifico ante las autoridades que aquel día manejo el mototaxi rojo con el que llegaron a la vivienda agraviada junto a dos delincuentes más, contando detalle a detalle todo lo que sucedió el 6 de abril, pero señala que la justicia no le hizo caso.

    Pero el juzgado lo sentenció a 20 años de prisión efectiva. Desde entonces, la vida de Carlos se convirtió en un infierno, alejado de su familia, sus hijos y una esposa que estaba embarazada.

    Una sentencia que le hizo perder a su familia y destruyó la relación que tenía con su esposa, de quien hoy está separado, pero el sostén de su vida, que lo impulsó a seguir, fueron sus 3 hijos.

    Su hermano, José Cristian Chafalote, dice que carga una pesada cruz que día a día lo atormenta y de la cual nunca se liberará, al ver el calvario que se convirtió la vida de Carlos por su culpa.

    Tras un habeas corpus presentado por su defensa, el Tercer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Huaura lo declaró fundado, ordenando su libertad. El 7 de noviembre del 2024, 8 años después, al fin pudo respirar aires de libertad, sentirse una vez más vivo, al lado de su familia.

    Fue un intenso abrazo de amor, felicidad y reencuentro al tener a Carlos una vez más gozando de su libertad. Este padre de familia señala que al fin pudo ser feliz una vez más al lado de sus seres queridos.

    Pero el 12 de diciembre la sala penal de apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Huaura revocó la resolución que declaraba fundado el habeas corpus a favor de Carlos. Y ordenó su captura y regreso al penal.

    Desde entonces, la vida de Carlos se tornó sombría una vez más, y decidió vivir en la clandestinidad, escondido, alejado de su ciudad natal y su familia.

    Carlos anhela ver una vez más la luz de libertad, pero la oscuridad ensombrece su alma y su corazón, encerrado en 4 paredes, lejos de sus hijos, de sus seres queridos, sin poder salir ni trabajar, luchando por su libertad y se haga justicia.