Lima: así luce el cauce de las quebradas que han inundado la ciudad

Sobre 500 metros de altura en un río que no deja de hablar. El río Rímac se muestra imparable cargado de las lluvias nocturnas y manchando de color café las calles de San Juan de Lurigancho. 

Uno a unos vamos pasando los puentes que han logrado contener la furia del río, cruzamos la planta de la Atarjea y una Ramiro Prialé aún abierta al tránsito. Avanzamos y comenzamos a observar los primeros estragos de las nuevas lluvias de madrugada. 

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El agua depositada en las calles y almacenes sin techo, afectando tanto la zona residencial como la industrial. Manzanas enteras y seguidas, cubiertas de lodo y fango a la espera de ayuda externa. Inmensos espejos de agua formados por las aguas del río y que se extienden a más de una hectárea en los alrededores. 

Luego llegamos al puente Huachipa, donde el agua por primera vez se desbordó por todo Carapongo. En este punto el río se partió en dos, dejando decenas de casas en medio de dos aguas. Afortunadamente todos lograron salir a tiempo.