Golpe a las mafias del penal Castro Castro: Incautan hasta un reuter de wifi

Agentes del INPE ingresaron al penal para realizar una requisa y poner alto a los casos de extorsión desde centros penitenciarios

Domingo al Día

Una situación que se descontrola cada día más y más. Diversos equipos encontrados en los lugares menos imaginados puertas, techos e incluso espacios inaccesibles para cualquiera lo que ha causado impresión en las autoridades. Un sinfín de ingenios en medio de un operativo sorpresa realizado por los agentes del INPE en el penal Castro Castro.  

Específicamente el grupo de operaciones especiales quienes pusieron de cabeza a algunos de los pabellones más peligrosos del conocido penal Miguel Castro Castro ubicado en San Juan De Lurigancho.

Un trabajo que busca erradicar un problema que sigue existiendo y que por consecuencia trae un mayor índice de criminalidad que va desde lo profundo del penal hacia las afueras y que consiguen víctimas fácilmente. Esas que en muchas ocasiones terminan amenazadas o en otras terminan muertas al no ceder.

La operación comenzó aproximadamente a la 1:30 de la tarde, decenas de agentes ya se habían reunido minutos antes para poder seguir las instrucciones y acatar todas las pautas. Aquellas que les servirían para poder buscar en los espacios más escondidos de cada celda y ubicar lo que posiblemente ya se veía venir.

Uno por uno, los reos tuvieron que salir y ponerse fijamente en el piso. El patio sirvió como pista de observación de cada uno pues no hablamos de un pabellón relativamente tranquilo, sino de lugares en donde se encuentran varios de los delincuentes más peligrosos, aquellos que tienen una todo un historial que contar.

Al subir por las escaleras los agentes acompañados de tres o cuatro punteros, como se les llama, comenzaron con la requisa. El objetivo: encontrar dispositivos que habían servido por algunos reos para realizar llamadas que terminaban mayormente en extorsiones.

Cada rincón fue visitado por agentes del INPE, quienes con martillos y en base a su experiencia no dejaban ni un solo rastro en su búsqueda.

Uno de los primeros objetos que encontraron fue una batería de teléfono celular, estaba dentro de un ventilador que era utilizado normalmente por los reos. Minuciosamente se desarmó y fue ahí que hizo el hallazgo.

Pero eso no sería todo lo que se pudo observar en las celdas de estos pabellones. La búsqueda fue exhaustiva y se sabía que lo que mayormente impresionaría estaba por venir. Un celular era lo que estaba escondido sorpresivamente dentro de un embase de proteínas, ubicado al exterior de una celda dentro de un mueble.
 
Sin embargo, no solo fue unos metros más adelante, otra agente encontraría un nuevo dispositivo
nuevamente escondido en una lata, pero ahora una de leche empolvo.  

Lo que causó gran sorpresa es que, en uno de los pabellones, los reos se las habían ingeniado para crear un reuter artesanal el cual estaba escondido en una pared cubierta con yeso y tuvo que ser descascarado por completo para sacarlo. Esta, sin ninguna duda, servía para que los penitenciarios puedan tener el preciado internet.

Al seguir caminando por los pasillos de este centro penitenciario, los agentes continuaron de igual manera con lo acordado pues las voces aún decían que los hallazgos continuarán en todos lados.
 
Es así que al salir, uno de ellos pudo verificar y encontrar de manera impresionante un celular escondido en una puerta. Todo en uno, como si en este establecimiento, sería de lo más fácil tener estos equipos que sirven para casos de extorsión los cuales en los últimos años se ha incremente por completo en el país.

Celulares, audífonos, cargadores, chips, droga y baterías. Todo esto fue encontrado en los rincones del penal Miguel Castro Castro y que pone en evidencia que los presos tiene aún el poder de decidir qué es lo que tienen y llevan siempre consigo por el patio, los baños o las celdas que guardan siempre sorpresas.

Lo encontrado obviamente desencaja a las nuevas autoridades pues a pesar de que el control es regular se siguen encontrando equipos tras equipos, algunos no tan modernos pero que obviamente sirven para estos delitos.

Es una diversidad que poco a poco sale a la luz y que pone en filo a los agentes, quienes tienen que doblegar siempre esfuerzos para poder cuidar a los internos que sobrepasan su capacidad.

Este es un problema que siga aún viviendo en cada ambiente, no solo del penal Castro Castro ,sino en la mayoría de ellos a nivel nacional, lo que ocasiones un incremento de inseguridad que ha sobrepasado los límites a comparación de años anteriores.

Esta es una grave situación por la que pasa el INPE en estos momentos pues no hay cuándo se detenga el comercio y la obtención de estos celulares que aparecen en las manos de delincuentes rankeados.

Actualmente en el penal Castro Castro hay una población de 5032 internos, los cuales se divide en dos, en los delitos más comunes que son el robo agravado y la violación sexual; el trafico ilícito de drogas y homicidios. Pero, lo que va en un aumento es el número de criminales que caen y son enrejados por el delito de extorsión que suman 133 personas ya en este penal.
 
Una cifra que indudablemente crece y que está en el desborde de todo control, es por ello que el plan de cárceles seguras se ha puesto en marcha.

Una requisa que ha puesto al descubierto de que en el centro penitencial Castro Castro. Por lo visto, aún se presentan actos de extorsión a ciudadanos comunes que se encuentran tranquilamente en sus casas y que no saben si es que uno de estos malhechores son los que los llaman.  

Una crisis de alerta roja que trata de ser controlada de todas las formas, un golpe fijo a las mafias y organizaciones criminales que tratan de hacer de las suyas y de crear el caos en todo el país.

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