Los ángeles y demonios del penal Castro Castro
Reos asisten a taller de teatro que los ayuda a resocializar
En el interior del penal Miguel Castro Castro en San Juan de Lurigancho, el segundo más hacinado a nivel nacional hay una población de más de 5000 internos, en donde solo hay espacio para 1200.
En el corazón de la jaula de concreto que mantiene encerrados con un estricto régimen penitenciario a reos condenados, en su mayoría, por los delitos de terrorismo, robo agravado, homicidio calificado y violación sexual, existe un ambiente que por estos días se ha convertido en el favorito de los internos.
En uno de los distintos talleres de resocialización que tiene el penal, a diferencia de otros, los internos pueden hacer sus sueños realidad, pueden convertirse en otra persona, e incluso, pueden olvidarse, aunque sea por unos minutos, que cumplen condena en una cárcel, hablamos del taller de teatro del penal Castro Castro.
Con música en vivo, los actores caneros van dándole vida a una obra con sucesos desarrollados en el mundo del hampa que se tituló Ángeles y demonios.
David Soto Andrade tiene el papel del demonio, pero también es el coordinador general del taller de teatro Renacer del penal Castro Castro. Desde hace 8 años viene participando en distintas obras y ayudando a sus compañeros a que también se sumen a esta iniciativa.
David está a punto de cumplir 10 años tras estos barrotes y aún le faltan 18 años más para cumplir su condena por homicidio calificado, pero según él, eso no lo desalienta a seguir aprendiendo cosas nuevas en su reclusión.
Otro de los actores de esta pieza teatral canera, es un venezolano que responde al nombre de Dubai Isaac Bravo Rodríguez, quien en octubre de 2020 fue grabado por cámaras de seguridad, mientras disparaba a quemarropa en contra de un empresario en La Molina.
Dubai bravo es el personaje principal de la obra, sin embargo, en libertad, fue uno de los tantos sicarios por encargo que deambulan por la ciudad de Lima a bordo de motocicletas en busca de víctimas.
Eduardo Izquierdo Orrillo lleva poco más de un mes practicando la actuación teatral en Castro Castro dice que para intentar olvidarse del pasado que aún lo persigue.
Él en todo momento, mantiene el humor que lo caracteriza a pesar de que ya lleva seis años caminando con esta muleta.
Así en medio de carencias, los internos de este penal se las ingenian para poner en escena obras que cautiven y que demuestren que ellos también tienen talento.
A Eduardo Izquierdo aún le faltan 5 años más de condena para cumplir los 11 que le fueron dados por asaltar a mano armada un Banco de la Nación.
Hoy, Johan Zapata bromea con sus compañeros de celda y sonríe porque a pesar de haber cumplido ya 8 años recluido, siente que el teatro lo ha impulsado a ser mejor persona.
En 2016, Zapata Mujica no pudo sonreír en lo absoluto cuando era interrogado por la policía luego de asaltar un camión repleto de mercadería en La Victoria.
Pero hoy viene pagando su culpa y también se unió al apasionado taller de teatro renacer que ha cumplido ya 8 años y forma parte de las actividades complementarias de la educación técnica que brinda el centro educativo técnico productivo del penal.
Gracias al teatro, estos presos pueden soñar y llevar su imaginación al límite. El teatro les ha permitido ver las cosas desde otra perspectiva y darse cuenta que siempre existe la posibilidad de cambiar.