En el Callao, cuatro personas fueron asesinadas y lo que se pensaba en un inicio era un crimen por el cobro de cupos extorsivos va dando giros inesperados sobre lo que ocurrió la noche del último 7 de octubre.
Luis Felipe Vidal pasó 30 años al servicio de la Policía. Un suboficial que recorrió los parajes más convulsionados del Vraem. Forjó su carrera en varios puntos de provincia y llegó a pertenecer con honores a las Fuerzas Especiales.
Resulta que este hombre de 62 años había asistido a un velorio a darle consuelo a su hermana que tanto lo necesitaba. Es en ese punto donde decide tomar una combi, pasadas las 11 de la noche, en plena cuadra 2 de la avenida Comandante Pérez Salmón en el Callao.
Un sicario que fingió ser pasajero desató una tremenda balacera al interior del vehículo. Mientras su cómplice lo espera a tan solo unos metros. El emisario de la muerte salió raudamente de la unidad y continúa con la ráfaga de sus tiros.
En solo 20 segundos acabaron con la vida de 4 personas. La trabajadora de migraciones Silvia Cayo y este policía en retiro Luis Felipe que no pudo resistir al brutal ataque.
Y es que al volante iba un ciudadano venezolano, Eduardo José Carreño, con su pareja Josmerie Vílchez Sánchez. Esta última, una joven de 29 años, su apellido retumbó en más de un policía que la relacionaba a la familia Los Vilchez del Callao.
Automáticamente, desde el Ministerio del Interior relacionaban este hecho criminal con un ajuste de cuentas y que entre las víctimas se encontrarían dos miembros de esta banda criminal los Vilchez, dedicada al sicariato, cobro de cupos y robo.
Es decir, no habían pasado ni 24 horas del asesinato de Josemerie Vilchez y ya vinculaban a una presunta banda criminal a la joven chalaca de nacimiento que volcaba en sus redes sociales el amor infinito que sentía por su hijo de 8 años.
Un equipo de Domingo Al Día recorrió las calles del primer puerto en busca de la familia Vilchez. En las cruces de los jirones Loreto y Salom, por años este apellido era sinónimo de advertencia.
Llegamos a dichos dominios. La tía de Josmerie permitió ingresar a su casa. La mujer de 50 años se motraba cansada que por pocos paguen todos. Que ciertos familiares que cometieron errores en el pasado sean metidos en el mismo saco.
María Vilchez asegura no pertenecer a una familia de delincuentes. Su sobrina empezó una relación con el ciudadano venezolano que habría estado metido en problemas por deudas que no había pagado, según indicó.
Según su propia madre, Josmerie, a través de mucho esfuerzo, se dedicaba a ser cobradora de combi. Tenía otros emprendimientos de comida que le permitieron adquirir su propia unidad de trabajo.
Josmerie había decidido junto a su pareja tomar la ruta que cubre la plaza 2 de mayo en el cercado de Lima hasta la punta en el Callao. Aunque no se descarta que el extranjero estaría vinculado al cobro de cupos. Aún no hay indicios de quiénes estarían detrás de este múltiple crimen que dejó mucho dolor a su paso.
