Hoy:

    Compradores estafados por constructora ocupan departamentos para no perder su inversión

    Los compradores que hicieron tratos con una constructora que los estafó y jamás les entregó sus departamentos han decidido ocupar a la fuerza los edificios a medio acabar

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    Vilma Valladares siempre quiso pasar en calma sus años como jubilada. Sin embargo, cada que pasea por su vecindario, en el distrito de San Miguel, la carcome el hecho de ser prácticamente una invasora en su propio departamento.

    Ella vive en uno de los dos proyectos inmobiliarios que la empresa Inversiones Piedra Alta puso a la venta – entre los años 2016 y 2017 – en la calle Collasuyo de la urbanización Maranga. Muy cerca de allí serían ofertados - entre el 2017 y el 2019 - otros proyectos inconclusos de la misma inmobiliaria, casos que pusimos en evidencia hace una semana.

    El representante de Inversiones Piedra Alta, Juan Carlos Noceda, se comprometió con Vilma en entregarle su vivienda en abril de 2017. Pero en 2019 el edificio era todavía un cascarón. Vilma recién empezó a vivir aquí en mayo de 2021.

    Lejos de la comodidad que esperaba disfrutar a sus 70 años, Vilma debe subir y bajar escaleras a diario. Espera que pronto ella y sus vecinos logren instalar el ascensor, así como hicieron con los pocos acabados que hoy luce el edificio.

    Meses antes de instalarse en los 100 metros cuadrados del departamento 202, el lugar lucía un aspecto muy diferente. Los focos eran huecos en las paredes, y los baños apenas un remedo de lo que el empresario constructor le había prometido.

    Pese a todos estos gastos, Vilma no tiene título de propiedad ni partida inscrita a su nombre en registros públicos. Y ve difícil que los tenga pues, en junio del 2020, el edificio fue hipotecado a favor del Scotiabank por un valor de 2 millones 259 mil 600 dólares. De ejecutarse esta prenda, Vilma podría perder los casi 250 mil soles que le dio a Juan Carlos Noceda, e Inversiones Piedra Alta, por el departamento.

    Vilma se retiró de la Policía con el grado de Superior y quería que ella y sus papás vivan en este departamento. Pero en 2019 sus padres fallecieron y en 2020 se enteró que Inversiones Piedra Alta había hipotecado el terreno. Fue por eso que, con toda su vida apostada e indignada hasta la coronilla, cargó sus cosas y su mascota para instalarse como sea en el departamento.

    Como respuesta a esta toma de posesión extrajudicial, Juan Carlos Noceda la invitó a conciliar, pero le reclamaba el pago de una indemnización no menor a 250 mil soles. Como Vilma declinó de firmar ese acuerdo, Juan Carlos Noceda le envió, en agosto de 2022, una carta notarial en la que decía que las deudas de Vilma impedían que Inversiones Piedra Alta instalase el ascensor y finalizara el edificio.

    A una cuadra de casa de Vilma, otro edificio de Juan Carlos Noceda tiene problemas similares. Hace siete años, el lugar era un entrañable chalet que prometía volverse edificio. El terreno le pertenecía a Orfelinda Honorio, su madre y sus dos hermanos.

    Según Registros Públicos, el 13 de octubre del 2016 la propiedad cambió a favor de Piedra Alta por un monto cancelado de 405 mil dólares. Sin embargo, Orfelinda asegura que dicho pago no se hizo ya que el acuerdo fue que Juan Carlos Noceda les diera – a los anteriores dueños – tres departamentos del nuevo edificio.

    La entrega de los tres departamentos a Los Honorio - incluido un triplex - debía darse en 2018, pero recién en 2017 se llevó a cabo la demolición del chalet e inició la construcción del edificio. Todo el retraso generó fundadas sospechas en los propietarios

    Y es que mientras los compradores pagaban sus cuotas iniciales, Piedra Alta pedía un préstamo de 170 mil dólares a la empresa Fortune Trade Corp.

    La garantía era nada menos que el terreno que perteneció a Los Honorio, y todo lo que pudiera edificarse sobre él, o sea, los doce departamentos planificados.

    Juan Carlos Noceda Bejarano, representante de Piedra Alta, y su esposa Jeaneth Benel Moreno actuaron como fiadores del contrato en calidad de personas naturales, pero cuando la empresa incumplió con el pago el patrimonio de la pareja no se perjudicó. Por el contrario, la acreedora ha solicitado que como medio de pago por la deuda y las indemnizaciones se le adjudique todo el inmueble y lo que hay en su superficie, o sea, el edificio.

    Por tal motivo, los compradores que hicieron tratos con Juan Carlos Noceda en este terreno se han propuesto no dejar que les quiten lo que consideran suyo.

    César Del Mazo es quien lidera el bloque de los autoproclamados propietarios. Él llegó a pagar 76 mil dólares de adelanto por su triplex, pero asegura que, en conjunto, el dinero que se le ha pagado a Juan Carlos Noceda por el edificio supera el millón de dólares.

    A fines de 2022 se paralizaron las obras en este lugar y, desde entonces, cada comprador cuida de su departamento como puede.

    Jugándose la vida en cada visita, César inspecciona los bosquejos de su tríplex, un espacio que en papel y a colores debía tener todas las comodidades, ambientes de primera calidad y, por si fuera poco, estar listo a mediados del 2018.

    Durante el avance de las obras, cuando aún nadie sospechaba que el terreno había sido puesto como garantía de préstamo, César inyectó dinero para realizar mejoras en su casa. Cerca de 10 mil dólares gastados en mayólicas, fraguas y pintura que podrían acabar en manos de terceros.

    Orfelina pactó con Juan Carlos Noceda que, mientras existan retrasos en la entrega de la obra, él pagaría un alquiler para ella y su familia en otro lugar.

    César Del Mazo demandó por incumplimiento de contrato a Juan Carlos Noceda, pero el último 3 de julio el tercer juzgado en lo civil declaró inadmisible su petición.

    Entre los dos edificios de la calle Collasuyo que podrían perderse por la ejecución de hipotecas hay una veintena de familias que gastaron casi cinco millones de soles en busca de realizar una de sus más grandes metas.

    Nuevamente solicitamos entrevista con Juan Carlos Noceda, pero otra vez, mediante su asesor legal, declinó de hablar con nosotros. Lo mismo ocurrió con su esposa – Jeaneth Benel – quien, aparte de ser fiadora en uno de los préstamos de Inversiones Piedra Alta, fue apoderada de la empresa en 2019.

    El tiempo, entre tanto, juega en contra de los afectados, quienes deben andar cuesta arriba en su intento por no perderlo todo.