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La caída de Rodolfo Orellana

Todo sobre la sorpresiva captura de Rodolfo Orellana en Colombia, los detalles de su inminente llegada al país y su increíble estrategia de defensa. ¿Quién es y cómo estaba montada su enorme y compleja red presuntamente dedicada al lavado de activos y al tráfico de terrenos a gran escala? Tras 4 meses en la clandestinidad y desde Cali, se acabó la pachanga para Rodolfo Orellana.

La tarde del viernes pasado, minutos antes de dejar Colombia y llegar al Perú para hacerle frente a la justicia, Rodolfo Orellana se declaró inocente de todos los cargos asegurando que era un perseguido político. 

Todo el proceso de expulsión fue registrado por las cámaras de Cuarto Poder, que viajó a Colombia junto al ministro del Interior, Daniel Urresti, y los jefes policiales encargados de la captura del empresario acusado de liderar una organización que habría llevado a cabo delitos contra el patrimonio y cuyas víctimas se cuentan por decenas.

En un domicilio que pertenece a su ex cuñada Alvia Ramos, hermana de su primera esposa, Orellana fue detenido la mañana del jueves último en la vivienda ubicada en el sector de Pasoancho en Cali, Colombia. Era el cierre perfecto para el paciente seguimiento en el que participaron la DEA internacional, la Interpol y las policías especializadas de Perú y Colombia. 

Orellana estaba escondido en esta vivienda desde hacia cuatro meses, cuando en julio abandonó el país por tierra hacia Ecuador. No asomaba ni la nariz pero las escuchas telefónicas lo delataron. Uno de sus cómplices habría dicho, "está tranquilo en Santiago", refiriéndose a Santiago de Cali, en Colombia, país al que se sabía, había arribado mientras conseguía documentación falsa para llegar a Europa, hacia donde gran parte de su oscura fortuna estaba siendo enviada.

Aunque por precaución las fuerzas policiales fueron armadas hasta los dientes, Orellana no opuso resistencia alguna. En pijama y con los estragos del sueño interrumpido, escuchó lo que los efectivos de la policía colombiana le tenían que decir. Luego lanzo una bien estudiada defensa, que es la que ha venido repitiendo desde el primer momento.

"Yo soy un perseguido político, quiero que eso lo entiendan, yo no soy un delincuente. Soy un abogado especializado en administración de empresas y en la reestructuración de empresas, conmigo en este proceso está el doctor Benedicto Jiménez Baca, que es un policía héroe nacional y que en este momento está preso". 

Pero la captura de Orellana necesitaba un refuerzo fundamental. En paralelo, en el norte chico de nuestro país, en Huaral, se detenía a Ludith Orellana, hermana del abogado y pieza clave de la organización.

Hoy, Orellana ya se encuentra recluido en el Penal Ancón I y tendrá que afrontar un proceso judicial por los cargos de lavado de activos y asociación ilícita. Le esperan por lo pronto 18 meses de prisión preventiva, tal como al policía retirado Benedicto Jiménez. Sin duda una captura esperada y que debería ser el comienzo de justicia para las decenas de víctimas de esta supuesta red criminal que, todo parece indicar, ya fue puesta contra las cuerdas.

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