Hoy:

    Stephen Hawking: ¿Qué es la Esclerosis Lateral Amiotrófica?

    El físico británico luchó contra esta enfermedad por más de 50 años. Conoce cómo diagnosticarla y cuál es su tratamiento

    Los pacientes que la padecen pierden paulatinamente el control de su cuerpo. (Foto: AFP)
    Los pacientes que la padecen pierden paulatinamente el control de su cuerpo. (Foto: AFP)

    Stephen Hawking falleció este miércoles tras padecer por 55 años de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA o ALS por sus siglas en inglés). A pesar de que la enfermedad lo dejó postrado en una silla de ruedas y con un respirador artificial, el científico británico logró concretar una carrera brillante desde joven y en contra de todo pronóstico.

    Este ejemplo de persistencia y todo un hito para las investigaciones de la enfermedad, nos lleva a preguntarnos en qué consiste la ELA y cómo una persona puede diagnosticar esta patología en el organismo.

    ¿Qué es la ELA?

    La Esclerosis Lateral Amiotrófica es una extraña enfermedad neurodegenerativa paralizante que afecta a las células motoneuronales que pertenecen al sistema nervioso. Es decir, el cerebro no puede controlar el movimiento del cuerpo y se pierde progresivamente el control de los músculos.

    En el caso de Hawking, por ejemplo, él convivió con la enfermedad desde sus 21 años y actualmente sólo era capaz de controlar un músculo de su cuerpo, su mejilla.

    ¿A quiénes afecta esta enfermedad?

    Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dos de cada 100.000 personas en el planeta, padece de ELA. Hoy en día, gracias a los estudios sobre esta patología, se sabe lo siguiente:

    • Puede afectar a cualquiera, pero por lo general los diagnosticados tienen entre los 40 y los 70 años de edad.
    • Un 90% de casos ocurre sin que exista un factor genético o hereditario. 

    De acuerdo a las estadísticas, la muerte ocurre habitualmente entre los 2 y 3 años después del diagnóstico.

    ¿Cómo podemos detectarlo?

    Lamentablemente, entre los primeros síntomas y el diagnóstico puede pasar un año y medio, pero, por lo general, a principios de la enfermedad se puede observar:

    • Debilidad en piernas, brazos, manos.
    • Dificultad para agarrar o manipular objetos, caminar, hablar y tragar.
    • ‘Tics’ y calambres musculares, especialmente en manos y pies.
    • En etapas más avanzadas, falta de aliento y dificultad para respirar o comer.

    ¿Cuál es el tratamiento a seguir?

    Lamentablemente, la ELA no tiene aún ninguna cura. Sin embargo, algunos especialistas utilizan distintos fármacos para calmar los efectos de la enfermedad. Por ejemplo, los antidepresivos, los analgésicos, los medicamentos para el exceso de saliva y para ayudar a dormir. 

    Asimismo, es necesario que el paciente se trate con todo con distintos profesionales conformados por nutricionistas, kinesiólogos, neumólogos, gastroenterólogos, psiquiatras, entre otros.

    Es importante resaltar que la ELA no es contagiosa y ocurre en todo el mundo sin limitaciones de raza o condición socioeconómica. Si bien la expectativa de vida es desalentadora, muchas personas sobreviven durante cinco años o más gracias a un riguroso tratamiento y cuidado.

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