Hoy:

    La Tomatina de Buñol celebra 70 años con una cifra récord de tomates

    Miles de turistas llegaron a esta localidad de 9.000 habitantes decididos a no perderse nada de esta orgía de tomates nacida en 1945.

    Juerguistas cubiertos de pulpa de tomate posan durante las festividad anual la "Tomatina" en la localidad de Buñol, cerca de Valencia. (Vía: AFP)

    Empapados por una marea de jugo rojo, unas 22.000 personas celebraron este miércoles el 70 aniversario de la mayor guerra de tomates del mundo, la Tomatina, en las abarrotadas callejuelas del pueblo de Buñol, en el sureste de España.

    Miles de turistas — británicos, japoneses, indios, australianos, kuwaitíes, libaneses, etc. — llegaron a esta localidad de 9.000 habitantes, a 40 km de Valencia, decididos a no perderse nada de esta orgía de tomates nacida en 1945 tras una enfurecida pelea entre jóvenes en un mercado.

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    Desde las 11H00 locales (09H00 GMT), siete camiones comenzaron a descargar un arsenal de tomates más o menos maduros. En menos de una hora, la multitud de 'guerrilleros' gastaron más de 170 toneladas de frutos como munición, según un tuit de los organizadores.

    Sumergidos en este gazpacho gigante, chicos y chicas en traje de baño y algunos con gafas de buceo se convirtieron a la vez en agresores y dianas, atrapados entre fachadas teñidas de rojo.

    "Ahora, tres meses sin comer tomate por el asco que nos da, pero no pasa nada", aseguraba ante las cámaras de televisión una participante de unos veinte años.

    El alcalde de la localidad, Rafael Pérez, aseguró a una radio nacional que el éxito de esta fiesta "única" se debe al hecho de que los participantes pueden enloquecer y hacer lo que les venga en gana.

    "A muchos países quizás les cuesta más transmitir sentimientos. Los japoneses, por ejemplo, que son gente muy fría, muy hierática, cuando llegan aquí, se transforman", dijo.

    Clasificada como fiesta de interés turístico nacional, la Tomatina limitó este año el número de participantes a 22.000 — de los que 17.000 compraron por 10 euros una entrada — dado que la celebración congregó hasta 45.000 personas en 2012.

    El ayuntamiento lanzó también una campaña llamada "besos por la igualdad" para denunciar la homofobia y la violencia contra las mujeres que invita a todas las parejas presentes en la fiesta, heterosexuales y homosexuales, a besarse ante los medios de comunicación.