Hoy:

    Brasil anuncia plan de austeridad para aguantar la crisis económica

    La séptima economía global "cortará la carne" del gasto estatal.

    Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. (Vía: AFP)
    Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. (Vía: AFP)

    Brasil anunció un nuevo plan de austeridad para intentar capear la crisis económica, pero que arriesga aumentar la ira de la población contra la debilitada presidenta Dilma Rousseff.

    Tras haber perdido el sello de buen pagador a manos de la agencia Standard & Poor's y sumergida en una recesión, la séptima economía global "cortará la carne" del gasto estatal, como dijo el ministro de Hacienda Joaquim Levy, para evitar que Moody´s o Fitch sigan el mismo camino que llevó a la deuda de Brasil a la categoría de bonos "basura".

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    El plan consiste en postergar ajustes salariales y contrataciones del sector público, eliminar 10 de los 39 ministerios, reducir mil empleos estatales y recrear un viejo impuesto a las transacciones financieras.

     

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    También contempla recortes quirúrgicos en el sensible terreno de los programas sociales en vivienda y salud, la marca de fuego del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, en el poder hace 12 años) y uno de los pilares del boom brasileño que sacó a 40 millones de personas de la pobreza.

    ¿La meta? Pasar del actual déficit fiscal primario de 0,5% del PIB para el año próximo, que le hizo perder el sello de buen pagador, a lograr un superávit de 0,7%, lo que implica conseguir 64.900 millones de reales (USD 17.030 millones) más de de los previstos inicialmente.

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    "Son reducciones importantes que involucran a los funcionarios públicos de manera significativa, el funcionamiento de la máquina" del Estado, precisó Levy en una rueda de prensa.

    Pero antes de salir del papel algunas de estas medidas deberán ser aprobadas por el Congreso, que ha actuado con rebeldía a las propuestas del Palacio de Planalto.

    El presidente de la cámara de Diputados Eduardo Cunha, principal enemigo de Rousseff en el legislativo, consideró insuficiente el "seudocorte" anunciado y estimó "poco probable" la aprobación del impuesto financiero.

    "El gobierno está con una base muy frágil (…). No será ahora que va a conseguir pasar un aumento tributario", lanzó.

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    Pese a que Rousseff ya había ordenado cortar 21.600 millones de dólares del presupuesto de este año, y ahora agrega al ahorro otros 6.800 millones, el panorama es oscuro.

    Acusada de haber perdido el rumbo, la mandataria tiene una espada de Damocles sobre su cabeza: la amenaza de un juicio político que pueda urdirse en el Congreso, donde sus socios la han ido abandonando. 

    (AFP)

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