Alemania pone a prueba proyecto que reduce la semana laboral a 4 días para elevar la productividad
Esta prueba de 6 meses permitirá a los empleados de 45 empresas de todo el país trabajar un día menos a la semana por el mismo salario
Alemania implementará por seis meses un esquema en el que se reduce la semana laboral a cuatro días, con el objetivo de reducir una escasez crónica de mano de obra.
Esta prueba permitirá a los empleados de 45 empresas de todo el país trabajar un día menos a la semana por el mismo salario.
La iniciativa, en la que sólo participan empresas cuyo trabajo puede adaptarse a una semana laboral más corta, está dirigida por la consultora de gestión berlinesa 'Intraprenör' y cuenta con la colaboración de la organización sin ánimo de lucro '4 Day Week Global' (4DWG).
Según la Cámara de Comercio e Industria (DIHK, en su idioma original), en noviembre, la mitad de las empresas tenían dificultades para cubrir vacantes, lo que hizo perder al país más de 90.000 millones de euros (más del 2% del PBI alemán).
Esperan ser más felices y productivos
Los defensores de la semana laboral más corta esperan que trabajar cuatro días a la semana haga a los trabajadores más felices y productivos en un momento en que Alemania se enfrenta a un menor crecimiento de la productividad y a la escasez de mano de obra.
Una encuesta de Forsa señala que al 71% de los trabajadores les gustaría trabajar solo cuatro días a la semana y en el empresariado, más de dos de cada tres compañías, en promedio, respaldan la moción.
Una situación de productividad complicada en el entorno laboral
Tras alcanzar un máximo histórico de 105,20 puntos en noviembre de 2017, la productividad de Alemania ha disminuido de forma constante, según datos del Deutsche Bundesbank, aunque sigue siendo superior a la de otras grandes economías de Europa.
En noviembre de 2023, los últimos datos disponibles, la productividad cayó a 95,80 puntos desde los 96,79 puntos del mes anterior.
Según los partidarios de la semana laboral de cuatro días y la mayoría de los trabajadores que ya la han probado, trabajar un día menos a la semana aumentaría el bienestar y la motivación de los trabajadores, haciéndoles más productivos.
Trabajar menos horas a la semana también podría convencer a quienes no están dispuestos a trabajar una semana completa de que se incorporen a la población activa, contribuyendo a reducir la actual escasez de mano de obra que afecta a los países industrializados de todo el mundo.