Afirman que muerte de Miss Honduras fue producto de una escena pasional

La muerte de Miss Honduras Mundo fue producto de una "escena pasional", indicó el excandidato presidencial Salvador Nasralla. "Me siento muy triste por el asesinato de María José Alvarado", expresó el reconocido presentador de televisión hondureño, que la describió como una "chica bonita, tierna, de muy buena reputación".

Mencionó que la muerte de la reina de belleza tiene que ver con "alguna escena pasional relacionada con la hermana mayor", Sofía Trinidad. Sin brindar más detalles sobre esta teoría, el comunicador expresó que la muerte de jovencitas es algo "normal del día en el occidente" de Honduras, "lo que pasa es muchas niñas han fallecido de la misma manera, pero como no son famosas la información no trasciende y los crímenes quedan impunes".

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Nasralla dijo esperar que la muerte de la María José "no sea en vano" porque el acoso en Honduras es un problema serio y a veces termina con "muchachas violadas, asesinadas, pero como no son conocidas no trasciende la noticia". Contó que ha recibido llamadas desde España, Inglaterra y Estados Unidos, entre otros países, "asombrados" por lo ocurrido "porque la niña iba a participar" en el Miss Mundo. Opinó que los dos mil millones de lempiras de la Tasa de Seguridad deben invertirse en inteligencia capaz de descifrar dónde están los focos de delincuentes y las maniobras que utilizan para atacar "a este tipo de muchachas".

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Relató que conoció a María José desde que ella tenía 13 años. Además, que la vio por última vez el 18 de octubre y que en la última semana la joven había estado siendo víctima de acoso a través de mensajes a su celular. María José y Sofía Trinidad fueron vistas con vida el pasado jueves, en el balneario termal Aguagua, adonde habían acudido para celebrar el cumpleaños de la hermana de la reina de belleza, Plutarco Ruiz, quien habría confesado los crímenes. Al tercer día, su familia interpuso la denuncia de su desaparición ante autoridades policiales.

El principal sospechoso en el doble crimen señaló a la policía el lugar donde había enterrado los cuerpos a orillas del río Aguagua, a unos 12 kilómetros del balneario, en La Arada, Santa Bárbara.