Taxista de 79 años fue encarcelado al ser vinculado al cártel de Tijuana
Ezequiel Yeipén, un taxista de 79 años, fue enviado al penal de Lurigancho acusado de tráfico de drogas por haber trasladado sin saber, según indica, a narcotraficantes. El hecho ocurrió hace más de 20 años, y hoy, espera demostrar su inocencia
Un taxista de 79 años ha sido sentenciado a 15 años de cárcel por tráfico ilícito de drogas. Asegura que es inocente y que lo único que hizo fue hacer el servicio de taxi a unos extranjeros y que no sabía que se trataba de integrantes del cártel de Tijuana.
Con voz entrecortada, don Exequiel Yeipén Querevalú cuenta el calvario que vive en una fría y oscura celda del penal de Lurigancho. A sus 79 años, ha sido sentenciado a 15 años de cárcel por tráfico ilícito de drogas y al pago de una millonaria reparación, pero él jura inocencia.
Taxista por décadas en el aeropuerto Jorge Chávez, la pesadilla de Exequiel empezó en el año 2002, cuando conoció a dos extranjeros que contrataron su servicio. Afirma que su único delito es haber trasladado, sin saberlo, a los cabecillas del cartel de Tijuana.
Don Exequiel dice que a lo largo de tres meses hizo varios servicios de taxi a Marco Cano González y a Libardo Montealegre, cabecillas confesos del cártel de la droga mexicana.
En el 2002, la DEA le seguía los pasos a los jefes de dicha organización criminal, no tardaron en detenerlos y con ellos, a Exequiel Yeipén. Para su familia la noticia cayó como un balde de agua fría.
Tras 15 meses de prisión, don Exequiel fue liberado bajo comparecencia restringida, pues los sindicados narcotraficantes afirmaron que él solo los movilizaba. Tras recuperar su libertad, trabajo aún más duro para salir adelante, incluso, formó una empresa de taxis que hasta ahora opera en el aeropuerto Jorge Chávez.
Más de 20 años después, en diciembre de 2022, la pesadilla volvió. Para la justicia, don Exequiel no solo habría movilizado a los jefes de una organización de narcotraficantes, es sindicado como cómplice primario de la banda debido a que, además, compraron repuestos desde México usando su apelativo y su apellido.
Fue capturado cerca de su casa en el callao, para su esposa la detención fue irregular, pues los policías no se habrían identificado y pasaron varias horas antes de saber su paradero. Desde entonces la angustia no ha cesado para Bertha, quien cree en la inocencia de su esposo.
Hace dos años don Exequiel bailaba y celebraba la vida. Siempre rodeado de su familia y amigos, su alegría era contagiante, pero todo cambió de pronto. La salud de don Exequiel está resquebrajada, cada día que pasa le cuesta más caminar y le es difícil mantener una buena alimentación.
Domingo Al Día lo visitó en el penal de Lurigancho. Ha perdido fuerza en las piernas, camina apoyado de un compañero. Para este chiclayano, padre de 5 hijos, encontrar justicia es ahora su anhelo más grande.
Para su defensa, un elemento importante que la justicia debió tomar en cuenta es que Exequiel nunca fue sindicado por los cabecillas como parte del cártel de Tijuana. Afirma que claramente la pena que recibió yeipén es desproporcionada. El abogado de Exequiel ha planteado un recurso de nulidad y espera que sea favorable para su cliente. Su familia tiene fe de que la justicia finalmente escuche su clamor.