Hoy:

    De Pisco a Bolivia: Policía descubre ruta para transportar cocaína

    Luego de siete meses de trabajo de inteligencia, se logró detectar cuál era la forma de operación de los narcotraficantes

    Hallan droga en Pisco. Foto: América Noticias

    De acuerdo al reporte de inteligencia de la Dirección Antidrogas de Perú, una mafia boliviana había ampliado impunemente sus fronteras. Varios camiones con placas del país altiplánico, entraban y salían de Pisco, sobre todo por la noche, en la que era la nueva ruta para el acopio de cocaína, hasta que llegó la Policía.

    Desde hace un año, en Pisco, provincia ubicada al sur de Lima, era un secreto a voces que mes a mes, varios camiones llegaban cargados de dinero y salían repletos de droga. Lo extraño es que ninguno de los escáneres ubicados en las garitas de control lograban detectarlos, por lo que esta versión se convirtió prácticamente en un mito para las autoridades.

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    Lo que se creía era ficción, pasó a realidad  cuando los agentes de Inteligencia de la Dirandro, detectaron que en el corazón mismo del Vraem se negociaban envíos de droga hacia Pisco. Hablaban de camuflaje, dinero, del polvo blanco, pero también de bolivianos.

    Las cantidades de las que se hablaban, eran cuantiosas. Era una organización criminal, liderada por bolivianos a la que se le cortó las alas cuando la Policía derribó sus avionetas y destruyó sus pistas de aterrizaje clandestinas en el Vraem, pero como la mafia no descansa, ideó una nueva ruta, esta vez vía terrestre hacia Pisco. Entonces varios camiones recorrían este camino, un poco más largo pero menos accidentado geográficamente.

    Lo que llamó la atención de las autoridades fue que la mayoría de camiones con placa boliviana llegaban específicamente a este lavadero de vehículos y en horas de la noche, lo que vino después terminó por confirmar todas las sospechas.

    Rápidamente los agentes de la Dirandro y fiscales de crimen organizado se desplazaron hasta el lavadero de autos “El Amigo”, ubicado en el distrito de San Clemente, en Pisco.

    Los camiones a los que llamaban gorditas, también estaban y según el informante, ya habían sido preñados, llenados con droga.

    Con mucha paciencia los policías de la Dirandro y los fiscales de crimen organizado fueron encontrando, uno a uno, los paquetes con droga. En total, 676 kilos de cocaína perfectamente camufladas en los vehículos de carga.

    Según las labores de inteligencia, este lavadero de autos estaba regentado por Alina Ladera Astete, conocida por las autoridades como Paisita o Riki y alquilaba este local desde hace un año.

    “Mis hijos no saben de esto, no saben que hago esto”, sostuvo. Al verse acorralada por los agentes de la Dirandro, no le quedó más que reconocer que era la encargada de acopiar la droga y enviarla a Bolivia.

    Quizá por temor, esta mujer no dio los nombres de los jefes de esta organización de narcotráfico, pero sí reveló donde guardaba la droga antes de preñar los camiones: una zanja preparada a espaldas del lavadero de cuatro metros de largo y dos de profundidad.

    Según las autoridades, Alina Ladera trabajaba con otras cinco personas en Pisco, en el almacenaje y despacho de la droga a Bolivia. Según este organigrama, el proveedor en el Vraem es Emiliano Contreras, alias “Negro”, quien tenía a su cargo a ocho bolivianos, capturados en Pisco, en el operativo denominado Free Time. Ellos eran los encargados de transportar la ilegal mercadería tanto a Pisco como a Bolivia.

    Las autoridades también han logrado identificar al jefe boliviano encargado del trasiego de droga entre el Perú y el país del altiplano.

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    El lugarteniente de Oscar Fernández, según las autoridades, es otro boliviano identificado como Lenard Sevillano Delgado, alias “Chama”.

    Lo que ahora se investiga es si toda esta cantidad de droga estaba destinada a la mafia serbia que aún sigue operando pese a que su cabecilla Zoran Jasik fue capturado por la Dirandro en julio de este año.

    Esta vez, la habilidad de los agentes de la Dirandro y de los fiscales de crimen organizado, logró descubrir esta sofisticada modalidad de pasar droga tras 7 meses de trabajo conjunto.

    Se incautó más de media tonelada de droga, pero los cálculos policiales estiman que en todo el año que funcionó este lavadero de autos en Pisco se debe haber movido algo más de siete toneladas de cocaína.