Hoy:

    Odebrecht: el Gasoducto Sur en la mira tras nuevos indicios de corrupción

    El proyecto implicó a dos gobiernos: Alan García y Ollanta Humala y no se ejecutó tras estallar el escándalo Lava Jato

    El gasoducto Sur en el ojo de la tormenta. Foto: Cuarto Poder

    Nuevas investigaciones y destapes en el caso Odebrecht han revelado presuntos pagos de coimas de la empresa por otros proyectos que no estaban incluidos en el acuerdo de colaboración eficaz con la Fiscalía.

    Entre las planillas publicadas hay 17 papeles sobre pagos al parecer ilegales por un total de 3 millones de dólares por una obra en la que Odebrecht no ha reconocido sobornos: el Gasoducto Sur Peruano.

    La obra está paralizada desde que estalló el caso Lava Jato pero en su momento fue la más costosa de las adjudicadas: 7 mil millones de dólares costaba la construcción. Esta pretendía trasladar el gas desde los yacimientos de Camisea a todo el país.

    Odebrecht estuvo presente en dos proyectos: Gasoducto del Sur y el Gasoducto Andino del Sur. 

    Esto a través de proyectos como Kuntur que se gestó en la época de Alan García pero que no se consolidó y un consorcio con la española Enagas, que se concretó con Humala pero que quedó a medio camino por las acusaciones del caso Lava Jato.

    En el segundo gobierno de García el proyecto para llevar gas se llamó Gasoducto Andino del Sur. Este es considerado el antecesor del Gasoducto Sur Peruano, idea de Ollanta Humala.

    El Gasoducto Andino del Sur fue idea privada que se presentó en 2008 por una empresa denominada Kuntur Transportadora de Gas (antes Corporación Montería), creada un año antes por agobados del estudio Muñiz, Ramírez, Pérez Taiman y Luna Victoria, Teresa Huamán Carrión y Luis Gianfranco Linares Sánchez.

    A una empresa que es conformada por dos practicantes y poco capital se le da una concesión de 1,200 millones de dólares. 

    De 400 soles, el monto total que poseía la empresa pasó en septiembre de 2008 a los 2 millones 210 mil 905 soles y se constituyó como el único propietario de las acciones de una empresa llamada Cusco Pipelines Ltd.

    Esta empresa fue formada en el Gran Caimán y tras esta hayt una serie de offshore pequeñas que también forman parte de la misma y diluyen el rastro. 

    El capital de Kuntur, de propiedad de Cusco Pipelines era manejado por un fondo norteamericano de inversiones de nombre Conduit Capital Partners.

    El ministro de Energía y Minas de entonces, Juan Valdivia entregó a Kuntur la concesión con una resolución que también firmó el expresidente Alan García.

    Odebrecht era ajeno a la historia pero para entonces la empresa había firmado un acuerdo privado con Kuntur para encargarse de la ingeniería y construcción del proyecto. Odebrecht también le había prestado dinero a Kuntur, por lo que esta era acreedora de la empresa norteamericana.

    En lo sucesivo hubo reuniones de altos funcionarios del Gobierno como el mismo presidente García o el ministro de Minas con personajes como Jorge Barata, Marcelo Odebrecht, Raimundo Trindade, entre otros.

    Pero, por diversas razones, el proyecto de Kuntur y Odebrecht nunca prosperó. Este siguió sin ejecutarse hasta el segundo año de gobierno de Ollanta Humala cuando anunció la licitación del proyecto el 28 de julio de 2012.

    Esta iniciativa valorizó el proyecto en 7,800 millones de dólares. Era el proyecto más costoso de la historia del país. Se presentaron dos postores: uno era el consorcio de Odebrecht y Enagas. Al otro competidor lo descalificaron. 

    Entre 2012 y 2014, ambos proyectos (los de Odebrecht y Enagas y el de Kuntur y Odebrecht) se cruzaron. Odebrecht tenía la mayoría de acciones de Kuntur, un 51% y el otro 49% lo compró la constructora en marzo de 2012 por 69 millones de dólares. 

    Ese mismo año Kuntur puso en la bolsa de valores el mismo paquete del 49%. Hicieron una doble operación por lo mismo. ¿Se hizo para desviar esos 69 millones a otro destino? Aún no se ha podido determinar.

    Al parecer, Odebrecht buscaba ejecutar ambos proyectos y hasta le pidió al Gobierno cofinanciar el proyecto de Kuntur, pero una consultoría internacional opinó contra esa idea y el proyecto Gasoducto Andino del Sur se frustró. 

    Esta decisión enojó sobremanera a Jorge Barata porque él quería que el proyecto vaya sí o sí. Barata habló directamente con el presidente Humala y llamó al exministro de Economía de entonces, Luis Miguel Castilla. 

    Al final en 2014 ganó la buena pro de la licitación internacional junto con su socia Enagas. Al final, el caso Lava Jato frenó la ejecucion del proyecto. 

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