Hoy:

    Mariano González: otros políticos que enfrentaron un escándalo sentimental

    Una de las renuncias más sonadas lo protagonizó el exvicepresidente de la República Raúl Diez Canseco

    Ministro Mariano González renunció tras escándalo

    Caídas increíbles, escándalos sin fin, gracias a cupido y sus flechas envenenadas, los hemos visto llorando, los hemos visto negando, los hemos visto aceptado. El amor en la política, cosa de locos.

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    Raúl Diez Canseco era vicepresidente de la República y casado cuando se involucró con Luciana de la Fuente, ex pareja de uno de sus hijos. Además se denunció que su entonces candidato a suegro y contemporáneo había sido beneficiado por sus decisiones como ministro de Comercio Exterior y Turismo. No solo tuvo que renunciar a sus cargos en 2003, además tuvo que enfrentarse a un divorcio, el golpe del corazón también fue al bolsillo.

    Fernando Tuesta Soldevilla renunció cuando el Consejo Nacional de la Magistratura le había abierto un proceso disciplinario en 2004. Motivo: transgresión al Código de Ética al tener una relación con la ex subjefa de la ONPE Tatiana Mendieta. Pese a la dimisión, el CNM emitió una resolución cinco meses después, removió a Tuesta de la Oficina de Procesos Electorales y lo inhabilito 5 años de la gestión pública.

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    Walter Menchola, congresista, fue suspendido por impulsar la contratación de joven llamada Karen Ku como auxiliar. Ante la Comisión de Ética reconoció que era su pareja y entonces fue 120 días castigado.

    Roberto Torres perdió la cabeza por Katiuska del Castillo, la jefa, quien hacía y deshacía en la comuna pese a que era jefe de archivo en otra. Cuando allanaron su casa, le encontraron una propina de 800 mil soles escondidos y tras una investigación acabaron presos los dos.

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    Víctor Isla era presidente del Congreso cuando aparecieron unas fotos intercambiando opiniones con la asesora Patricia Robinson y viajaron juntos al extranjero y era la comidilla en el legislativo.

    Cuando Ana María Solorzano asumió la presidencia, Robinson denunció que era chuponeada y todos los señalamientos apuntaban a ella, pues se decía que Isla era un auténtico conquistador político, que su isla era la de la fantasía.