Emprendedor fue torturado y asesinado en su casa
Los delincuentes estudiaron todos los movimientos de su víctima y lo interceptaron
La familia Vargas enfrenta un dolor profundo e indescriptible tras la muerte inesperada y cruel de uno de sus miembros más jóvenes. Gerardo Vargas Llamoca, de 30 años, fue golpeado y estrangulado en el interior de su propia casa por dos delincuentes. Este macabro crimen ha dejado en shock a todo el distrito de Puente Piedra, especialmente porque Gerardo era un joven emprendedor que había ahorrado durante años para hacer crecer su negocio.
Una muerte violenta que nadie puede explicar
Gerardo Vargas fue encontrado sin vida en su vivienda, maniatado, amordazado y ahorcado de manera salvaje. Según relatos de sus familiares, los delincuentes lo atacaron con una violencia desmedida, sin que se escuche un grito o forcejeo. Los criminales irrumpieron en su casa tras haber estudiado sus movimientos, esperando a que saliera a comprar pan para luego tocarle la puerta y atacarlo sin piedad.
El cuerpo de Gerardo fue hallado con sogas en todo su cuerpo, una escena que sus familiares describen como sacada de una película de terror. Su primo, quien lo encontró, relató con impotencia y dolor cómo el joven fue torturado antes de ser asesinado.
Un joven emprendedor, víctima de la delincuencia
Gerardo era conocido en su comunidad por su espíritu trabajador. Se dedicaba a la venta de hielo al por mayor y menor, y todos los días salía de su casa a las 4 de la mañana para repartir sus ventas. Con el esfuerzo de muchos años, había logrado ahorrar cerca de 100 mil soles, con los que planeaba comprar un camión para expandir su negocio.
Lamentablemente, esos ahorros, junto con su vida, fueron arrebatados en un cruel ataque que aún deja muchas preguntas sin respuesta. La familia Vargas clama por justicia, especialmente su tío Pedro, quien crió a Gerardo como a un hijo y ahora enfrenta la pérdida más dolorosa de su vida.
¿Robo o ajuste de cuentas?
Las circunstancias del asesinato de Gerardo han generado múltiples interrogantes. A pesar de que nunca mencionó haber recibido amenazas, su entorno se pregunta si el crimen pudo ser un ajuste de cuentas o un simple robo. Los delincuentes no solo se llevaron los ahorros de Gerardo, sino también su celular, pieza clave para la investigación.
Mientras tanto, la comunidad de Puente Piedra se une en el dolor y la indignación, esperando que la justicia prevalezca y que los responsables de este atroz crimen sean capturados y castigados. La vida de Gerardo Vargas, un joven con muchos sueños y una vida por delante, fue truncada de manera brutal, dejando un vacío que su familia y amigos nunca podrán llenar.
