Los destrozos que dejaron las manifestaciones en Lima
Autoridades informaron que se recogieron al menos 30 toneladas de escombros y se dañaron más de 5 mil metros de áreas verdes, entre otros daños, solo reportados en la capital.
Nuevas jornadas de violencia desmedida aparecieron esta semana en la capital y algunas regiones del país. Las turbas violentistas continuaron generando caos a su paso por el Centro Histórico de Lima.
Este sábado, 400 efectivos de la Policía Nacional llegaron para desalojar a los manifestantes que se encontraban en el interior de la Universidad Mayor De San Marcos. Una tanqueta policial entró rompiendo la reja de la puerta número tres para tomar control de la situación. Para esto, la Universidad San Marcos ya había anunciado en un comunicado que el día viernes 20 de enero un grupo de manifestantes en el interior de la universidad, agredieron a los efectivos de seguridad.
El último viernes 20 de enero, una vez más el vandalismo atacó a los agentes policiales hasta con artefactos pirotécnicos que estallaban delante de ellos. El jueves 19, aparecieron multitudinarias movilizaciones en distintas partes de Lima. Como siempre, al comienzo lucían inofensivas, pero al llegar a la avenida Abancay se tornaron violentas al verse cara a cara con la policía.
El vandalismo en todo momento provocaba a los agentes policiales, la incitación a la violencia no se detuvo mientras duraron los enfrentamientos. Los ataques no cesaban en los exteriores del parque universitario, pero la Policía Nacional defendía su posición para no retroceder.
Las calzadas y parques eran destruidos con el paso de los manifestantes enfurecidos. Destrozaban los ladrillos y adoquines que extraían del suelo, para utilizarlos como proyectiles en contra de las fuerzas del orden. Conforme pasaban los minutos, los grupos vandálicos fueron siendo vencidos por las agrupaciones policiales que ejecutaban las estrategias antimotines.
Los daños al centro histórico de la ciudad son irrecuperables. Los propios peruanos han dañado su ciudad de manera desmesurada. Haciendo un indignante repaso de los daños causados al centro historio, fueron 75 postes ornamentales dañados, 5 mil metros de áreas verdes pisoteadas, 20 árboles destruidos, 60 papeleras destrozadas, 800 metros de sardineles y bermas dañadas. Al menos unos 1200 metros de paredes pintadas y 15 tapas de buzones rotas, han recogido más de 30 toneladas de escombros. A pesar de que el país se sigue desangrando, aún no se vislumbra una solución a la vista.
Pero los heridos en medio de tal enfrentamiento tenían que aparecer tarde o temprano. Para ese momento, esta parte del centro histórico de la ciudad estaba siendo destrozada por la furia de sus manifestantes.
Aquí la policía tomó el control, pero mientras ocurría este enfrentamiento, en otros puntos del cercado los equipos periodísticos de este canal y de otros medios, fueron agredidos salvajemente.
En distintas partes del Perú, otros colegas periodistas también eran víctimas de la violencia de los manifestantes. A las 9 de la noche del jueves 19 de enero en Palacio De Gobierno, la presidente Dina Boluarte salió a dar un pronunciamiento junto a 6 de sus ministros solidarizándose con los equipos de prensa. Desmintió también los rumores que hablaban de su renuncia y dedicó tiempo a condenar los actos sincronizados de violencia en los aeropuertos de Juliaca, Cusco y Arequipa.
En el sur del país, los actos violentos no se detenían. En Arequipa cerca de 3 mil manifestantes se enfrentaron a la policía durante 4 horas, mientras intentaban tomar nuevamente el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón. Una persona más resultó fallecida víctima de los enfrentamientos.
En Cusco, el vandalismo también intentó tomar el aeropuerto Alejandro Velasco Astete con una lluvia de piedras. Y en Juliaca los manifestantes enfrentaron a la policía en su intento por vandalizar y apoderarse del aeropuerto Inca Manco Cápac. Más heridos aparecían en los enfrentamientos.
Ese mismo día en Lima, la violencia se extendió hasta la noche. El caos se salió de control al punto de que una casona antigua de la ciudad ardió en llamas. Aún se investigan las causas del incendio. Las cámaras de seguridad de la municipalidad de Lima captaron el momento en el que las chispas que generaban los pirotécnicos que utilizaban los vándalos para atacar a la policía, caían peligrosamente encima de las casonas.