Hoy:

    Loreto: comunidades mantienen tomada la Estación 5 del Oleoducto Norperuano

    Nativos awajún exigen mejores condiciones de vida y que no se contaminen los recursos naturales

    Comunidades nativas en pie de lucha en Loreto.

    Alta tensión en Loreto. Una alfombra negra sobre la tupida selva del distrito de Manseriche, provincia de Datem del Marañón, en Loreto, preocupa a los nativos awajún.

    La zona de Nuevo Progreso, es una comunidad nativa de apenas 30 familias. Todos ellos están inundados hasta los tobillos por el crudo de petróleo, producto de un derrame en la zona. Sus tierras están bañadas en petróleo, sembríos oscurecidos por el derrame que emana sin freno de esta tubería del Oleoducto Norperuano.

    Litros y litros de crudo y la lluvia termina trasladando el combustible sin refinar al río Marañón, tóxico puro para la única fuente de agua que tienen estas comunidades. Los tóxicos del petróleo entran por la piel, por el sistema respiratorio y por consumo de especies contaminadas. El agua sucia de petróleo envenena a peces, algas y aves.

    En esta parte del país, la relación con el río es más que sagrada. De aquí comen, por aquí se trasladan. Un desastre medioambiental sin control.

    El punto cero del derrame está tan distante como lo están estas comunidades del río Marañón en el mapa del desarrollo. La provincia de Loreto, Datem del Marañon, es rica en petróleo, pero a la vez es muy pobre, tan pobre que ni servicios básicos tiene.

    Para llegar a Saramiriza, capital del distrito de Manseriche, provincia de Datem del Marañón, hay que viajar durante varios días por aire, caminos de trocha y navegar sobre el río Marañón.

    Después de muchas horas se llega en avioneta a San Lorenzo, la capital de provincia. A partir de ese momento solo un deslizador puede llevar a las personas hasta las comunidades ubicadas en Saramiriza, luego de cuatro horas más.

    Los pobladores viven sin luz permanente, sin agua potable. Los pobladores mostraron al equipo de Cuarto Poder, los videos de cómo el derrame del crudo pasaba por el río Marañón.
    Algunos apoyan la huelga, otros no; pero las comunidades tienen algo en común: rechazan la presencia de Petroperú, la empresa nacional dedicada a la extracción de crudo.

    El Ejecutivo ha enviado agentes Dinoes de la Policía para que vigilen el distrito y que los pobladores tengan lo básico para vivir. 

    En esta zona, la extracción de crudo se hace a través de ductos que atraviesan tierra y río. Por más de 40 años ha habido explotación petrolera. Muchos de los ductos son de los años 70. A lo largo de décadas se han reportado decenas de incidentes sin sanción. 

    Está vez, los nativos awajún que pueblan está zona, han tomado la estación de rebombeo número 5 de Petroperú desde el 5 de julio.

    Para ingresar y obtener permiso de entrevistar debemos tener la venía de los apus, de los líderes del pueblo. Ellos contaron por qué han tomado una de las principales estaciones del Oleoducto Norperuano, un acto que genera pérdidas diarias por casi 2 millones de dólares. 

    Afirmaron que no tienen el respaldo del Estado, que no se apoya la agricultura y que los derrames se dan de manera constante contaminando sus recursos y afectando su salud. Además, la desconfianza siempre está presente.

    La mayoría de pobladores que han tomado la Estación 5 aseguran que Petroperú los ofende al responsabilizarlos por los derrames, pues ellos viven de la tierra que ahora está contaminada.

    Los nativos están dispuestos a levantar la huelga si el martes el Ejecutivo se reúne con ellos para discutir las propuestas de solución en San Lorenzo, capital de Datem del Marañón, pero no piensan dejar la Estación 5 hasta que las autoridades lleguen a la selva.

    Raúl Molina, viceministro de Gobernanza Territorial, sostuvo que existe la voluntad de diálogo, pero este debe darse con la Estación 5 libre. 

    Para Molina, la inversión económica para solucionar las demandas no es un problema. Lo que desean es voluntad de los nativos para sentarse a conversar sin presiones.

    Según Petroperú, en lo que va del año, se han producido al menos cinco derrames ocasionados por sabotaje. Afirman que las tuberías dañadas presentan cortes provocados, es decir, sostienen que son los pobladores quienes lo hacen para obtener atención.

    Cabe indicar que San Lorenzo es la capital de la provincia, pero debería ser un distrito más desarrollado. No tiene luz todo el día y el río Marañón se contamina por el petróleo y por los desagües.

    En la zona existen varios problemas graves. No es solamente una tubería rota y el derrame de petróleo; es gente que solo consigue agua por la lluvia, son compatriotas que viven aislados de los servicios básicos, son peruanos que no son escuchados y que han aprendido que para lograr lo que debiera estar asegurado deben tomar una estación petrolera.

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