Denuncias e investigaciones policiales: La historia de la controvertida familia Valdivia

Los hermanos de Abel Valdivia, acusado de asesinar al comunicador Christiam Enrique Tirado, tienen una historia de hechos irregulares y contactos en la política y la policía

Video: Cuarto Poder

Una numerosa familia chalaca, tan unida como controversial. Conformada por siete hermanos quienes esta semana defendieron, con uñas y dientes, al penúltimo de ellos, quien el domingo pasado asesinó de un disparo a un hombre en una fiesta.

Desde esa noche sangrienta se empezó a hablar sobre los hermanos Valdivia Montoya.  

Carlos Valdivia Montoya tiene 45 años, es el cuarto de los hermanos y el más conocido porque quiso ser político en tres oportunidades. Postuló a la alcaldía del barrio que lo vio crecer junto a sus hermanos, la siempre picante, Bellavista.

Carlos Valdivia tiene siete denuncias en su contra en los archivos de la policía. Acusaciones que van desde violencia familiar hasta robo agravado.

Eso es ahora, porque Carlos Valdivia sí portaba armas. Existe una denuncia por el delito de coacción donde se narra que, en el año 2010, cuando tenía 32 años, Valdivia, en medio de una gresca de dos bandos políticos, disparó contra un sereno de Carmen de la Legua, llamado Juan de Dios Santillan Mirabal. La denuncia se encuentra aún en las instancias policiales.

Existe otra denuncia, esta vez por robo agravado contra Carlos Valdivia. También están como acusados dos de sus hermanos: Marco y Abel Valdivia Montoya, este último el jóven de 35 años que mató a una persona en una fiesta la semana pasada. 

En el parte policial se narra que en el año 2014 en su barrio, Bellavista. Tres de los Valdivia golpearon a un policía que iba de civil llamado José Luis Cardenas Prado. 

Él contó que de un auto Civic rojo deportivo, que le pertenece a uno de los hermanos y que hasta hace pocos meses aún estaba estacionado afuera de la casa de la familia, bajaron Marco, Abel y Carlos, lo golpearon y le robaron.

La denuncia contra los hermanos Valdivia nunca se esclareció. Preguntamos por las investigaciones con respecto al caso pero no hubo respuesta y el denunciante, ni sus familiares quisieron participar por temor a represalias de una familia que calificaron como con mucho poder en la policía y sobre todo unida. Pero esa unión familiar que los Valdivia quisieron demostrar esta semana, no fue siempre así.

La bronca familiar tuvo un precio: 41 millones de soles. En el año 2020 la empresa de Carlos Valdivia le vendió pruebas rápidas para detectar la Covid-19 a EsSalud. El principal financista de ese negocio fue su hermano Marco Valdivia Montoya. 

El desembolso de ese dinero demoró tres años porque ESSALUD congeló el pago luego de que la Contraloría emitió un informe indicando que el proceso de compra fue direccionado para favorecer a la empresa de Carlos Valdivia. A pesar de ello, un laudo arbitral liberó los cheques de la jugosa suma. El dinero trajo problemas en la familia.

Según Carlos Valdivia, su hermano Marco lo metería preso si no le daba el porcentaje que pedía. Y para lograrlo, según el audio, lo haría con la ayuda de un excuñado de los Valdivia. El entonces director general de la Policía Raúl Alfaro.

Raúl Alfaro estuvo casado con Graciela Valdivia Montoya, quien también participó en la conferencia de prensa donde se trató de justificar el asesinato que cometió su hermano.

Graciela Valdivia es la tercera hija y una mujer de carácter. Fue comandante de la policía y apareció en televisión en el 2010, denunciando al entonces Director de su Institución por acoso. 

Dos años después fue detenida por la justicia policial por el delito de insulto al superior y desobediencia. Logró su libertad gracias a un recurso legal presentado por un muy buen amigo de los Valdivia Montoya. El entonces congresista fujimorista y actual alcalde del Callao, Pedro Spadaro. 

Ese honor fue del que tanto se habló en la conferencia que dieron tres de los siete hermanos Valdivia Montoya.

Esa afirmación no es del todo cierta. El segundo de los hermanos, el doctor egresado de la Universidad San Martín de Porres, Marco Antonio Valdivia Montoya, que hasta esta semana siempre se mantuvo lejos de las cámaras. Tiene una historia desconocida que estaba olvidada en los viejos archivos de la Policía Antidrogas.

Marco Valdivia estuvo en prisión por el delito de tráfico de drogas, según una investigación policial. En el año 2000, cuando el médico tenía 25 años, se detuvo en el aeropuerto a una mujer llamada Palmira Ponce que llevaba un kilo de cocaína con destino a Miami.

La mujer dijo que la droga le fue entregada por Teresa Rivera Jordan y la entonces pareja de esta, un joven estudiante de medicina de la Universidad San Martín de Porres que la detenida identificó como Marco Antonio Valdivia Montoya.

Según el informe, luego de detener a Marco Valdivia la policía allanó el lugar donde vivía: el interior A de este viejo callejón en la cuadra 8 del Jr. Libertad en Magdalena.

Valdivia niega el hecho, pero fuentes del Instituto Nacional Penitenciario confirmaron que Marco Antonio Valdivia Montoya estuvo en prisión desde junio hasta agosto del año 2000 por el delito de tráfico ilícito de drogas. 

Luego de ese hecho, 23 años después, Valdivia no solo fue el principal financista de un jugoso negocio de 41 millones de soles que hizo junto con su hermano, es además un médico cirujano exitoso, dueño de esta clínica ubicada en San Borja. Pero es propietario también, de diferentes denuncias policiales que van desde robo agravado hasta tocamientos indebidos contra una ex trabajadora de su clínica. 

Sobre este último caso, denunciado en el año 2019, preguntamos en la comisaría de San Borja. Pedimos hablar con el comisario para saber los avances de la investigación, pero prefirió ponerse lentes oscuros, un gorro y marcharse. 

La denunciante de este caso no quiso participar de este informe, otra vez, por temor a la familia y a su exjefe quien siempre supo darle trabajo a sus hermanos menores, como lo hizo con su penúltimo hermano Abel Valdivia Montoya.

Aquí vemos a Abel, el mismo que mató a un hombre la semana pasada, en una intervención en la clínica de su hermano. Se decomisaron cajas que según la policía contenían medicinas adulteradas contra la Covid-19.

Abel Valdivia también tiene denuncias y videos en los archivos policiales. Como este cuando en el año 2019, bajó del carro deportivo rojo y disparó, a pesar de tener una menor al lado, contra dos hombres que, según su testimonio, le robaron. 

Abel Valdivia, luego de matar a un hombre en la fiesta de la semana pasada, se fue a Colombia. Dejó en el pasado, varias denuncias policiales en su contra que van desde robo agravado, violencia contra la mujer y violencia familiar. En esta última la denunciante es su propia madre. A pesar de ello su abogado Fernando Nuñez, asegura que la familia está unida y que incluso si se llegue a demostrar que la familia lo ayudó en su huida, no habrían cometido ningún delito.

Abel Valdivia es un joven de 35 años que estudió derecho durante 13 años, según Sunedu se matriculó en el 2007 y terminó la carrera en el 2020. En ese lapso de tiempo es donde se generan la mayoría de denuncias en su contra. 

Algo similar al quinto hermano: Pedro Valdivia Montoya, quien empezó a estudiar medicina en la Universidad Alas Peruana en el año 2005 y terminó en el año 2020. En ese interín también generó noticias policíacas.

Fue condenado a cuatro años de prisión suspendida por manejar en estado de ebriedad y generar la muerte de Ronal Poma Maximiliano en el año 2016. La madre de la víctima, Narcisa Maximiliano, denunció el hecho y luchó por justicia.

Siete años después doña Narcisa no quiere declarar. Asegura tener miedo. Dice que la pena fue benévola y que prefiere dejar todo atrás. 

Porque si algo han dejado claro los Valdivia es que la mayoría de hermanos, a excepción del mayor y la menor, seguirán pudiendo dar el pecho públicamente por uno de los suyos. 

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