Caso Sada Goray: Nuevos personajes y transacciones sospechosas para encubrir una coima
La participación de un empresario de 31 años en la coima de US$ 250 mil y la casa de San Isidro que entregó Sada Goray a Salatiel Marrufo para conseguir favores en el Fondo Mivivienda
Chilca es un distrito al sur de Lima que guarda entre sus cerros más alejados, terrenos áridos que lucen como abandonados, pero que en realidad son parte de transacciones tan sospechosas como millonarias.
Uno de esos terrenos es este de 69 hectáreas que además es parte de una historia hasta hoy desconocida en la que aparece esta casa ubicada en la urbanización El Golf, una de las zonas más caras del residencial distrito de San Isidro.
Es la misma casa que fue parte de la millonaria coima que pagó la empresaria Sada Goray por favores en el Fondo Mivivienda. Una historia de corrupción que no deja de sorprender y de mostrar, cada domingo, nuevos hechos y personajes.
Quién vinculó el extenso terreno de Chilca con la casa de San Isidro fue este joven de 31 años llamado Martín Montoya Marcilla. Un estudiante de economía que no terminó la universidad, pero que ha fundado diferentes empresas en el rubro financiero e inmobiliario.
Aquí lo vemos, con trago en mano, cantando el feliz cumpleaños a su socia y amiga Sada Goray.
En noviembre del 2021, cuando celebró su cumpleaños bailando marinera con un periodista y cantando con sus amigos, ya había entregado coimas en efectivo al entonces jefe de gabinete del Ministerio de Vivienda, Salatiel Marrufo. En total, fueron 4 millones y medio de soles en sobornos.
Hoy se conoce, por declaraciones de la propia Goray, que parte de ese dinero que terminó en manos de Marrufo se lo prestó su joven amigo Martín Montoya. Fueron 250 mil dólares que, según Montoya, no sabía que eran para coimear al funcionario.
Pero Sada Goray no solo entregó coimas en efectivo. También pagó con la bien ubicada casa de San Isidro. En esta transacción también figura Martín Montoya de quien hasta hoy se desconocía su real participación, pero nuevos testimonios recogidos por Cuarto Poder grafican el rol del empresario de 31 años.
Esta discreta mujer se llama Dayana Pacheco, es una empresaria dedicada al rubro de suplementos alimenticios. Ella compró la casa de San Isidro en 2020. En 2021 le comentó su problema a Martín Montoya a quien conoce porque sus hijos van al mismo colegio. Él le dijo que podía conseguir un comprador. Ella le dio las llaves de la casa de San Isidro en diciembre del 2021, según este documento simple sin forma notarial que nos entregó. Dayana Pacheco aceptó una reunión, pero no quiso dar una declaración formal. Designó a su gerente, Luis Miguel Valdés, como su vocero.
La versión de Montoya con respecto a la fecha es diferente. La fecha es sumamente importante porque según Salatiel Marrufo él toma posesión de la casa de San Isidro en enero del 2020. Cuando Saga Goray le entregó las llaves como parte del pago de las coimas.
Es precisamente en enero de 2022 cuando Martín Montoya le dice a Dayana Pacheco que la solución estaba en Chilca. Ahí, tenía un amigo que vivía en este modesto barrio pero que coincidentemente era dueño del inmenso terreno de 69 hectáreas. Montoya le propone a Pacheco hacer un trueque.
Todo ese plan de Montoya se concretó gracias a sospechosas gestiones realizadas por el círculo más íntimo de la empresaria Sada Goray.
El 15 de enero de 2022 se crea, con el aval de esta notaría del Callao, la empresa inmobiliaria Nightrain, se hizo con un capital de mil soles. La idea fue insertar en esta compañía el valor del terreno de Chilca para luego venderlo a Marka Group. La notaría es del abogado y excongresista fujimorista Francisco Villavicencio. Quién es amigo de Martín Montoya. Incluso, estuvieron juntos en la fiesta de cumpleaños de Sada Goray.
Villavicencio recuerda que registró la constitución de la empresa Nightrain. Lo que no recordaba era la identidad de los fundadores. nada menos que el chofer de Sada Goray.
Marco Lazarte, justamente el chofer de Sada Goray, era quien, según su propio testimonio fiscal, llevó las coimas en efectivo y, según el testimonio de Salatiel Marrufo, entregó las llaves de la casa de San Isidro. Lo buscamos en su domicilio de Villa el Salvador, pero no tuvimos suerte. A quien sí encontramos es al otro fundador de la empresa Nightream, el jóven abogado César Sarmiento Torres quien no quiso declarar, pero aceptó que cuando fundó la empresa era empleado de Marka Group. Un dato que el notario Villavicencio confirmó.
Martín Montoya no confirmó si estaba enterado que la empresa Nigtream fue formada por el chofer de Sada Goray y un abogado de Marka Group.
Antes de seguir con las gestiones, Dayana Pacheco le pidió a Martín Montoya, una reunión con Sada Goray. La cita se concretó a fines de enero del 2022.
A los pocos días, el 29 de enero, se realiza la gran inyección de capital a la recién formada empresa Nigtream. El señor La Rosa de Chilca aportó el terreno de 69 hectáreas y lo valoró en la suculenta suma de 5 millones 336 mil soles. Esa transacción también se realizó en la notaría Villavicencio, donde no hubo mayor objeción.
De esa manera el señor La Rosa se convirtió en el nuevo dueño de la empresa formada por los empleados de Sada Goray. Pero fue por muy pocos días. Tal como estaba planeado, Dayana Pacheco compró las acciones de la empresa del señor La Rosa y en la práctica fue dueña del terreno de Chilca. A cambio de esas tierras le entregó este bonito departamento en Miraflores y la casa de San Isidro en el Golf. El trato se cerró en una cita de negocios.
A los pocos días, el 17 de marzo, Sada Goray y Dayana Pacheco se vuelven a reunir, pero ahora para firmar el contrato de venta del terreno de Chilca. Pacheco se lo vendió por la suma aproximada de 2 millones 200 mil dólares.
Pero mientras la casa de San Isidro era parte de esta intrincada transacción, es importante el dicho de Marrufo que asegura que ya estaba en su poder. Para esas fechas, en los papeles, el dueño de la casa de San Isidro era el señor Armando La Rosa. Sin embargo, quien asegura seguía teniendo las llaves del inmueble era el joven empresario Martín Montoya porque según él, seguía intentando venderla.
Fue precisamente desde mayo del 2022 que Salatiel Marrufo empezó a realizar reparaciones a la casa. Según su testimonio y el de los trabajadores que grabaron las reparaciones. A pesar de todo el movimiento por los trabajos, Martin Montoya asegura que nunca vio a Salatiel Marrufo por la casa.
Mientras Marrufo hacía reparaciones en la casa de San Isidro, el señor Armando La Rosa falleció a fines de junio del 2022. Nunca vivió en la casa de San Isidro, ni el bonito departamento de Miraflores que, en los papeles, le pertenecían. Fue enterrado cerca de su querida Chilca donde vivió los 67 años de su vida. En este video se aprecia lo que se llama una bajada de luto de su familia a una semana de su muerte. Afuera de su casa siempre está estacionado este pequeño auto que es propiedad de la empresa prestamista Palante, una compañía que tiene como socio a Martín Montoya.
La familia de La Rosa no quiso hablar con nosotros. Nos entregaron por la ventana un papel con el número de su abogado. El viejo hombre de derecho Juan Herrera, quien también conoce a Martín Montoya y quien asegura que Armando La Rosa fue un próspero empresario pero que no tenía empresas.
Tras la muerte de La Rosa, en septiembre de 2022 Cuarto Poder destapó el escándalo Marka Group y la relación de Sada Goray con Salatiel Marrufo. Es en ese momento que Montoya, vuelve a tomar posesión de las llaves de la casa.
Al mes siguiente, en octubre del 2022, cuando Salatiel Marrufo cae detenido, según información policial, es el propio Martín Montoya quien cambia las chapas de la casa. Según Montoya, los herederos de la Rosa tienen actualmente las llaves de la casa de San Isidro.
Salatiel Marrufo asegura que la casa de San Isidro iba a ser comprada a nombre de un tercero para encubrir la coima, y después quedaría a su nombre.
Lo que todavía es un misterio es si toda esta movida en la venta de la casa era justamente para que Sada Goray cumpla con el ofrecimiento que Marrufo asegura le hizo.
Dayana Pacheco contó que Marka Group pagó siete cuotas del terreno en Chilca, y tras los escándalos mediáticos dejó de pagar. Se ha quedado con el árido terreno de Chilca y su vieja propiedad la casa de San Isidro está en manos de los herederos de La Rosa una silenciosa familia que tiene para su buena suerte a un joven empresario que, en memoria de la amistad, vela por ellos.