Hoy:

    Balaceras en Ancón: Traficantes de terrenos ya cobraron una decena de víctimas

    Es terrible la violencia que a diario se vive frente al balneario más exclusivo de Lima

    Más de 16 asesinatos en refriegas callejeras y ataques a mano armada. Foto: Cuarto Poder

    Joel Jara Trujillo sostiene el título de propiedad del terreno de aproximadamente cuatro hectáreas que hace un año compró al Estado en una subasta pública. Un terreno del que hasta hoy no puede disponer ni ocupar, debido a las continuas amenazas que recibe de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de terrenos.

    Es terrible la violencia que a diario se vive frente al balneario más exclusivo de Lima. Son las Lomas de Ancón, convertidas hoy en botín de delincuentes dedicados a la invasión de tierras del Estado, que luego lotizan y venden fraudulentamente a quienes buscan hacerse de un techo propio, aunque sea de esteras, para sacar adelante a sus familias. 

    Un negocio que dos organizaciones criminales se están disputando a balazo limpio.

    Más de 16 asesinatos en refriegas callejeras y ataques a mano armada en el contexto de una sangrienta pugna por la hegemonía en estas lomas.  
     
    Según la investigación policial, la serie de muertes ocurridas en la zona tiene, para los agentes de homicidios, un protagonista, conocido en el submundo del hampa como “Negro Callao”. Su nombre verdadero: Alex Antonio Isuiza Zevallos. 

    Junto a este sujeto, otro individuo clave para la policía. Cesar Huamán Camones, actualmente procesado por delitos de usurpación agravada y Estafa. 

    Este “emprendedor social”, como suele autodenominarse Isuiza, excandidato a regidor por el partido Humanista, dirige una asociación de pequeños y medianos empresarios, responsable de la irregular venta de lotes de 120 metros cuadrados en las lomas de Ancón, en un precario caserío – que él presenta como “urbanización”– llamado Villa Mar. 

    Dos estafadores en la mira de la división de homicidios de la PNP, que determinó que el objetivo del quíntuple asesinato del 23 de agosto era en realidad Jack Isuiza Zevallos, hermano del Negro Callao, quien, sin embargo, logró escapar. Los investigadores aseguran que desde entonces vive escondido.

    En medio de las cruentas pugnas por el control de la zona, no son pocas las familias que luchan a diario para salir adelante en estas áridas lomas tan alejadas de la ciudad.  Cristina llegó desde villa el salvador hace mas de diez años en busca de un techo para los suyos.

    En su casa no tienen electricidad, ni desagüe, y el agua llega solo a través de la cisterna que sube a diario hasta este inhóspito paraje vecino del balneario de Ancón. 

    Seis parcelas que en total suman casi veinte hectáreas, en su momento subastadas por el Estado, están hoy en manos de organizaciones criminales, que con la ayuda de un nutrido aparato legal –abogados, notarios y contactos en la municipalidad y la comisaria – se mueven casi con total impunidad, eliminando a quienes se les resisten a punta de pistola y metralleta. 

    Más de dieciséis homicidios selectivos. El sicariato que ha tomado por asalto las Lomas se disputa a balazos, lo que podría llamarse el lado “B” de Ancón.