Agustín Lozano: El pitazo final en la FPF
Agustín Lozano, expresidente de la FPF, continúa detenido al estar acusado de ser el cabecilla de una organización criminal. La Fiscalía lo señala de haber dirigido una serie de irregularidades que involucró a clubes de primera división
La exmáxima autoridad de la Federación Peruana de Fútbol (FPF)en medio de un escándalo donde hay tantos delitos que se le imputan como lavado de activos, comisión, pertenecer a una organización criminal.
Agustín Lozano fue detenido preliminarmente junto a otros personajes que tendrán que esperar 15 días hasta que la fiscalía sustente ante el juzgado. A combazos aprendimos todos, que la pelota se mancha en presuntos delitos debajo de la mesa. Una madrugada que pasará a la historia del ambiente deportivo.
La vida fue tomada a la fuerza por policías y fiscales que tenían la clara determinación de desarticular a una presunta organización criminal conocida como los galácticos.
Entre tantos hombres uniformados iban por la que ahora es la excabeza de la FPF, Agustín Lozano Saavedra. Sindicado por el ministerio público de ser el cabecilla de enmarañadas tramas en que confluyen actos de corrupción, fraude, coacción y hasta lavado de activos.
Un tormentoso escándalo que abarca a más de un club en diferentes puntos del país. Una presunta repartija de favores en viajes a ciertos afortunados. Malversación de fondos y una para nada estratégica alianza en contratos con la empresa 1190 Sports.
Antes de su detención preliminar se tenía que allanar su vivienda ubicada en el distrito de San Borja. Pasadas las 2 de la madrugada, ninguna resistencia se hizo visible. Los policías ingresaron para seguir recopilando información sensible.
Empezaba la mañana cuando se lo vio vistiendo de amarillo con mirada desencajada y con las marrocas de algo que para muchos se veía venir. La cuerda floja de Agustín Lozano podría extenderse hasta los 20 años de prisión.
Un trabajo que ahora es cuestionado por la fiscalía que solicitó 15 días de detención en contra de la máxima autoridad del fútbol peruano.
Pero, ¿cuáles son realmente los indicios encontrados desde el 2018 y que estaría constituida por unas 21 personas enquistadas en la federación en agravio de los clubes de fútbol de la liga 1, departamentales y la FIFA?
En el 2015 fundó la asociación Club Deportivo Juan Pablo II. Equipo que consiguió un controversial ascenso a Primera División en esta temporada 2024.
Entrelazaba las manos con Edwin Oviedo, que le dio la bienvenida como vicepresidente de la federación peruana de fútbol. Pero su elección como máxima autoridad fue hasta después que Oviedo fuera detenido por el caso de los cuellos blancos.
Ya en el 2021, el retraso de la resolución del TAS que impedía la asamblea de elecciones fue elegido como presidente. Su puesto, que sin duda hoy tambalea, si es que llegará hasta el 2025.
La teoría fiscal es que existen hechos de extorsión amparados bajo la sombra. Pero más de uno advertía lo que se cocinaba sin que nadie pague por ello.
A esto se le suman las regalías que aparentemente transformadas en regalitos habrían sido repartidas en la elección del 2021 para que Agustín Lozano asuma la presidencia.
No podría hacerlo solo; para ello toda la junta directiva en dos periodos consecutivos habría recibido instrucciones de cómo operar. Las áreas de finanzas y contabilidad subordinadas al área de secretaria.
Es así como en el último operativo. El contador de la deferencia, Freddy Salazar, no tuvo más remedio que abrir sus puertas. Mientras tanto, en la vivienda de Sabrina Martin, secretaria general, sacaban chispas en búsqueda de la verdad.
El personaje que levantó polvo fue sin duda el presidente de Sporting Cristal Joel Raffo. Señalado por ser el puente entre 1190 Sports con la federación. Generando una serie de conflictos de intereses, vulnerando los estatutos y normativas de la conmebol y la FIFA.
Medida que fue rechazada por los principales clubes como el universitario o Alianza Lima, ya que son los que más ganancias generan y por ello recibían un buen pago en sus contratos ya establecidos.
Es decir, la fiscalía acusa a Agustín Lozano y a Joel Raffo de colusión. Un pacto donde el concurso público o licitación ya tenía firma y forma de un ganador que terminó siendo 1190. Joel Raffo habría sido el nexo perfecto en un cúmulo de supuestas mentiras.
De las tantas aristas que evocan los delitos que hoy más se conocen. Se encuentra el fraude a la figura jurídica. En cristiano, se da cuando los representantes legales utilizan a la sociedad para realizar actos ilegales como el famoso avión parrandero.
Un dinero que llegó a estimarse en un millón ochocientos mil dólares aproximadamente. Cuando la selección viajó de Lima - Barcelona - Doha. Para el repechaje ante Australia. Una comitiva de más de 150 personas con todo pagado.
Ante su llegada de Lozano a la Prefectura, otras figuras del ámbito del deporte más aclamado del país fueron desfilando, como el caso de la presidenta del club cantolao, Gisella Mandrotti.
En Tumbes, Humberto Miñan Almanza también corrió con la misma suerte. A pesar de también ser parte de la carpeta fiscal, Arturo Ríos tomó el mando del ente rector del fútbol peruano. Esto en respuesta a lo que Juan Carlos Oblitas requería ante los próximos partidos de la selección.
El último viernes Agustín Lozano salió de la prefectura para su control de identidad con los investigados.
Todos los nombres, cargos y estados de salud fueron atendidos por el juez Richard Concepción Carhuancho. Nueve detenidos que pasan las noches dentro de la prefectura. Mientras que la defensa legal de Lozano apeló la detención preliminar por 15 días.