Las escuelas de formación de la Policía Nacional del Perú (PNP) están enfrentando una crisis profunda y alarmante, revelada por recientes investigaciones y testimonios.
En las instalaciones de Puente Piedra, donde deberían formarse los futuros guardianes del orden, se encuentran en condiciones deplorables. Las imágenes y reportajes indican un grave deterioro en la infraestructura y la falta de servicios básicos, como duchas y sanitarios.
El congresista Alfredo Azurín ha denunciado que las escuelas están en un estado calamitoso, con problemas como la falta de mantenimiento, instalaciones colapsadas y prácticas de corrupción.
Según Azurín, los cadetes enfrentan extorsiones y pagos ilegales exigidos por instructores, quienes deberían ser modelos de integridad. Además, se han reportado casos de consumo de drogas dentro de las instalaciones, exacerbando la preocupación sobre la formación que reciben estos futuros policías.
En provincia, las condiciones no son mejores. En Huancayo, los estudiantes están obligados a realizar trabajos de reparación de desagües debido a la falta de presupuesto. En Iquitos, a pesar de tener la mejor infraestructura, los proyectos están estancados por problemas de gestión y financiamiento, dejando la obra inconclusa.
La falta de espacio y recursos ha llevado a que los cadetes en Puente Piedra duerman en condiciones hacinadas y que las instalaciones sean utilizadas de manera impropia. Los problemas estructurales y la falta de control en las escuelas reflejan un sistema en crisis que pone en riesgo la calidad de la formación policial y, por ende, la seguridad pública.
El Gobierno ha afirmado que hay más policías en las calles, pero la realidad muestra que el problema no es solo la cantidad, sino también la calidad de su formación. A pesar de los esfuerzos por promocionar una imagen positiva de las escuelas policiales, las condiciones actuales evidencian una crisis que necesita una intervención urgente.
La Policía Nacional ha sido contactada para responder a estas acusaciones, pero las solicitudes de entrevista han sido sistemáticamente ignoradas. La crisis en las escuelas de formación de la PNP plantea serias dudas sobre el futuro de la seguridad en el país y subraya la necesidad de reformas profundas para garantizar una formación adecuada y ética para los futuros oficiales.