Polideportivo

Manny Pacquiao, Filipinas y la historia del consumo de carne de perro

Foto: deporteshoy.com
Foto: deporteshoy.com

El suceso que marcó la vida del boxeador, un hecho recurrente en algunos países.

Cuando Freddie Roach, entrenador de Manny Pacquiao, reveló cuál había sido el punto de quiebre de su púgil para aventurarse por las duras calles de Kibawe (Filipinas) cuando era un niño, probablemente muchos pensaron que se trataba de una estretegia de márketing.

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¿Cómo es posible que un hombre mate a la mascota de la casa para alimentarse? Eso pasó con Pacquiao. O mejor dicho, con su padre, quien una noche llegó borracho, mató al perro mascota del hogar y lo mandó a la estufa.

El hoy boxeador y rival de Floyd Mayweather el sábado, presenció ese acto cuando solo tenía 12 años. Ello lo motivó a dejar su casa y arreglárselas como mejor pueda para sobrevivir.

Pero, una vez más, ¿es posible tal suceso?, pues en algunos países, alimentarse de la carne de perros e incluso de ratas, es algo cotidiano. Sin que, por ese rótulo que otorga lo rutinario, sea un hecho aceptable.

En el 2013, luego de que el tifón 'Haiyan' impactará el sudeste de Asia y devastara las islas del norte de Filipinas, la situación de emergencia fue tal, que llevó a las personas a "comer ratas y perros callejeros", apuntó por entonces un residente norteamericano en declaraciones que recogió 'Epoch Times'.

Es más, esta situación límite en países de extrema pobreza, donde muchas personas deben hacer cualquier cosa para sobrevivir, inspiró líneas literarias.

En la novela 'Tombuctú', del estadounidense Paul Auster, el protagonista le advierte a su perro, 'Míster Bones', que nunca vaya a parar a un restaurante de comida oriental. Luego de mucho, el animal pasa por un comprometedor momento, del cual logra salir ileso.

La infancia de Pacquiao fue infernal. Con el duro golpe que significó ver entre los dientes de su progenitor a su mascota. Golpe del cual supo levantarse yendo de ciudad en ciudad, durmiendo sobre cartones como mendigo, hasta llegar a General Santos, donde un desconocido le tendió la mano, le ayudó con un trabajo de venta en una panadería y lo invitó a practicar boxeo. 

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