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Aunque hayan perdedores, en política nunca se sabe. Y los que hoy están tristes por una derrota, mañana pueden estar celebrando.
La medalla de plata y la de bronce no sirven de nada en las crueles elecciones municipales y regionales. Solo hay un ganador, pero eso sí: no todos pierden lo mismo ni pierden igual.
A vista de pájaro, los grandes fracasados de hoy son los partidos regionales quienes, prácticamente, han perdido su representatividad en provincias. Se han quedado sin feudos.
Políticamente, el Perú es, cada vez más, un país desintegrado. Lo que complica gobernarlo a futuro.
"En control de las regiones ha sido y es de partidos locales que no tienen ninguna conexión – o muy poca – con el gobierno central. Yo creo que eso es pésimo", opina el historiador, Mauricio Novoa.
En Lima, la campaña fue estrafalaria, pero bastante aburrida. De arranque hubo un ganador y nadie si quiera se le aproximó, aunque le pusieron empeño y no se dieron por vencidos. Sin embargo, entre todos los perdedores, hay una ganadora: Susana Villarán.
Y en esto, están de acuerdo los de centro, izquierda y derecha. Los analistas opinan que la alcaldesa ha perdido debido a la falta de claridad respecto a sus planes a futuro.
Sin embargo, en política nunca se sabe y menos aquí: los perdedores de hoy pueden ser los ganadores de mañana.