Sarpullido por calor en bebés: ¿Qué signos deben preocuparte?
Además, conoce cómo prevenir estas alteraciones dermatológicas en los bebés y de qué manera tratarlas en casos de irritación y dolor
Las altas temperaturas pueden provocar desde golpes de calor hasta alteraciones frecuentes en la piel de los bebés y recién nacidos. A este último caso se le llama sarpullido de calor o “miliaria roja”.
Cuando los poros o conductos sudoríparos dejan atrapada la sudoración bajo la piel, se genera una erupción por calor. Estos “bultitos rojos” pueden generan picazón intensa, hormigueos, irritación, o incluso dolor al tocarlos.
Pero, ¿por qué aparece el sarpullido en los bebés?
Los bebés y los niños pequeños son los más propensos a padecer esta condición porque tienen los poros menos desarrollados que los adultos. Estos conductos se rompen con facilidad y dejan atrapado el sudor.
En invierno, por ejemplo, el sarpullido aparece cuando el bebé está demasiado abrigado o si padece de una fiebre que lo hace sudar mucho. Imagínate esa situación en verano.
Otro indicador es vestirlos con ropa que no es de algodón o aplicar ciertas cremas o talcos que tapan los poros de la piel y no lo dejan transpirar. Lo mejor es consultar al pediatra.
¿Qué signos del sarpullido deberían preocuparte?
- Por lo general, el sarpullido no es tan grave, pero si este se torna muy doloroso al tacto para el bebé, deberás asistir inmediatamente al médico.
- El sarpullido puede ser un signo de que tu bebé está muy caliente, lo que puede convertirse en agotamiento por calor o incluso causarle insolación. Ten cuidado.
- Si el sarpullido no se va al cabo de cuatro o cinco días y genera fiebres, es recomendable pasar consulta médica para revisar si efectivamente se trata de sarpullido causado por el calor.
¿Cómo tratar y prevenir el sarpullido del calor?
- Toma atención a las áreas donde tu bebé suele sudar más, como el cuello o las entrepiernas. Lava estas zonas con agua fresca y procura mantenerlas siempre secas.
- Si notas a tu bebé muy incómodo o caliente, quítale algunas prendas y llévalo a una zona airada o con sombra.
- Antes de dormir, aplícale paños de algodón húmedos en las zonas afectadas de sarpullidos, así bajarás la temperatura corporal y picazón de tu bebé.
- No apliques ni cremas ni pomadas al sarpullido, si no son recomendadas por el pediatra. Estas podrían contener vaselina líquida y obstruir más lo poros.
- No usar talco, chuño o maicena. Estos polvos pueden contener almidón que en zonas húmedas elevan el riesgo de infección por hongos.
- Corta bien las uñas de tu bebé para evitar que se rasquen el sarpullido con frecuencia y aumentar la comezón.
- Usa ropa de algodón y evita el exceso de vestimenta. Tanto en verano como invierno, viste a tu bebé según tu propia sensación térmica.
- Finalmente trata de mantener su lugar de descanso fresco y ventilado, sobre todo en verano para que no sufra de golpes de calor.