¿Por qué tienes bolitas en tus amígdalas con mal aliento?
¿Te has cepillado o no has comido cebolla o pescado y tienes mal aliento? Dos especialistas te explican qué son los tonsilolitos, unos cálculos que se forman en tus amígdalas
Si alguna vez te has preguntado por qué huele tan mal tu aliento pese a que te has cepillado los dientes y no has comido cebolla, pescado u otro alimento con aroma intenso. La respuesta se encuentra en los tonsilolitos.
El doctor Polo Guerrero, médico general, explica que los tonsilolitos son protuberancias de material calcificado que se alojan en las amígdalas, las cuales se encuentran en la parte posterior de la garganta y al tener agujeros, se convierten en el lugar para acumular comida, bacterias, etc.
La causa de los tonsilolitos aún es desconocida, pero se sabe que las bacterias orales suelen contribuir a la formación de esas bolitas que huelen muy mal.
¿Qué hacer para eliminar esas bolitas blancas de las amígdalas?
Guerrero comenta que suelen retirarse por sí solas, pero también ayuda el hacer enjuagues con agua templada y sal. Asimismo, sugiere revisar nuestra garganta y comprobar si tenemos esas bolitas blancas.
En casos extremos, un especialista de la salud que es el otorrinolaringólogo receta medicamentos, como antibióticos y en situaciones graves recomienda la extirpación de las amígdalas.
“Con retirar los tonsilolitos no se resuelve el problema”
La doctora Carolina Olivares, odontóloga, menciona que muchas veces se pueden retirar las bolitas o cálculos amigdalinos, sin embargo, no se resuelve el problema.
“La amígdala sigue estando grande y los huequitos siguen presentes, y se volverán a formar cuando se acumule la suciedad. Por ello, hay que ir con el otorrinolaringólogo para que nos ayude a saber que está ocasionando que las amígdalas sean tan grandes, que está irritando la garganta y resolver el problema”, indica.
Consejos efectivos para quitar el mal aliento
- Cepíllate los dientes al terminar de comer.
- No te olvides de cepillar tu lengua.
- Usa hilo dental al menos dos veces al día.
- Toma agua para evitar que tu boca se reseque.
- Cambia tu cepillo cada tres meses y elige uno que sea de cerdas suaves.
- Usa enjuague bucal.