La nave Progress perdida se desintegró esta madrugada sobre el Pacífico
La pérdida de esta nave, que costó casi 500 millones de euros, constituye un duro golpe para la industria espacial rusa, un sector estratégico que históricamente ha sido un orgullo para el país.
El carguero espacial no tripulado Progress se desintegró por completo en la atmósfera por encima del océano Pacífico durante su caída libre hacia la Tierra, una semana después de que los operadores rusos perdieran el control de la nave.
Los operadores de vuelo rusos habían perdido el control de Progress horas después de su lanzamiento hace una semana propulsado por un cohete Soyuz. El carguero espacial debería haberse acercado el 28 de abril a la Estación Espacial Internacional (ISS) para abastecerla pero fracasó en su misión.
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El Progress comenzó entonces una caída descontrolada hacia la Tierra. La agencia espacial rusa (Roskosmos) no dio muestras de preocupación, pues prácticamente todos las naves espaciales de ese tipo se desintegran en la atmósfera o aterrizan en los océanos, que ocupan la mayor parte de la superficie terrestre.
La caída del carguero no pone en peligro a la tripulación de la ISS, que dispone de varios meses de reservas.
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Una nave de abastecimiento Dragon, de la compañía estadounidense SpaceX, debería llegar a la ISS a partir del 19 de junio con unas 2,2 toneladas de material científico y provisiones.
La pérdida de esta nave, que costó casi 500 millones de euros, constituye un duro golpe para la industria espacial rusa, un sector estratégico que históricamente ha sido un orgullo para el país.
Una comisión de investigación rusa aclarará las circunstancias del incidente, que parece haberse producido en el momento de la separación entre la nave y el cohete, dijo el vicepresidente de Roskosmos, Alexandre Ivanov.
Los resultados de la investigación se darán a conocer antes del 13 de mayo.