Hugh Hefner se quedó sordo por tomar viagra en exceso, según reveló su viuda
La viuda del fundador de Playboy reveló que el empresario tomaba tanta viagra que se quedó sordo de un oído
El fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, falleció el 27 de septiembre de 2017, a los 91 años. Cinco años antes de su deceso, el empresario se casó por tercera y última vez, con la joven modelo Crystal Harris, quien tenía 26 años por entonces.
En su momento, los medios interpretaron ese gesto como la enésima excentricidad del campechano editor y dueño de la famosa mansión Playboy, propiedad en la que se organizaban fiestas multitudinarias y salvajes en las que tenían cabida prácticas sexuales de todo tipo.
Tras pasar varios años fuera del radar mediático, Crystal Harris ha regresado por todo lo alto con la publicación de un explosivo libro de memorias, titulado 'Only Say Good Things'. Siguiendo la línea de la autobiografía publicada a principios de este año por Pamela Anderson, Harris no escatima en descripciones muy gráficas para retratar a su famoso marido una persona obsesionada por el sexo y, sobre todo, con el objetivo de no permitir que su avanzada edad afectara demasiado a su hombría y rendimiento en la cama.
En un extracto del libro, Harris asegura que Hefner tomaba tanta viagra, que en alguna que otra ocasión tuvo que padecer efectos colaterales tales como la sordera temporal. "Hef siempre decía que preferiría quedarse sordo de por vida, siempre que pudiera seguir manteniendo relaciones sexuales. Muy raro. En su mente, todavía pensaba que tenía 40 años, y esas noches, con tanta gente en su mansión, consolidaban esa idea", narra en su obra la exconejita Playboy, quien ahora tiene 37 años.
Los amigos, socios y colaboradores de Hefner, sin olvidar sus icónicas 'conejitas', contribuyeron notablemente a mantener viva su fantasía, aunque en privado lamentaban verse inmersos en situaciones que les resultaban francamente desagradables.
"Era muy embarazoso. La verdad es que nunca pude contar cuántas personas había en nuestro dormitorio en un momento dado, pero eran muchas. Bastante malo. Es que nadie quería estar ahí, nos costaba tener que decirle: 'Vaya, ahora te toca a ti'", se ha sincerado.