El pasado jueves estaba fijada una decisiva sesión plenaria en el Congreso de la República, sin embargo; como dice el refrán, no solo de pan vive el hombre.
El hall de los Pasos Perdidos, pasarela habitual de congresistas, lucía semivacío. Pero no todos los parlamentarios estaban en el hemiciclo principal a esa hora.
Con la ausencia de algunos y la atención de muy pocos, en la Sala de Sesiones del Parlamento se presentaban los alegatos finales de los miembros de la Junta Nacional de Justicia.
Los miembros de la Junta Nacional de Justicia, órgano que se encarga -entre otras cosas- de nombrar y suspender a los jueces y fiscales de todo el país, llegaban para sustentar por qué el Congreso no debía removerlos de sus puestos.
Mientras los procesados defendían su postura antes del veredicto, parte del jurado parlamentario los escuchaba con relativa atención.
Pero otros preferían música para sus oídos. Los miembros de Perú Libre eligieron estar en un evento por el día de la mujer en el hemiciclo Porras Barrenechea, donde sesionará la reflotada Cámara de Senadores.
Allí disfrutaban del baile congresistas como Flavio Cruz, Américo Gonza, Janet Rivas, la exministra Kelly Portalatino y María Agüero.
Las polémicas de la jornada fueron la ajustada sanción contra Inés Tello, que incluyó el voto de un miembro de la comisión permanente; y la reconsideración en el caso de Antonio De la Haza, presidente de la JNJ, aplazada para este lunes.
Los otros cinco integrantes de la JNJ no fueron acusados ni inhabilitados, aunque Henry Ávila ya había renunciado. Con esto, la Junta Nacional de Justicia tendrá que recomponerse con tres nuevos miembros.
Esta nueva alineación titular se encargará de nombrar jueces y fiscales, eventualmente darles una sanción, y tendrá, además, que revisar espinosos casos de la magistratura que rozan de la manera menos sutil con la política, como el de la suspendida fiscal Patricia Benavides.